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Cristina Iglesias

Escrito por: Woman Art House

Woman Art House: Cristina Iglesias

¡Nuevo capítulo de #womanarthouse! Hoy toca hablar de la escultora y grabadora Cristina Iglesias. Premio Nacional de Artes Plásticas en 1999, ha sido una de las artistas españolas más internacionales de las últimas décadas. ¡Empecemos!

Cristina Iglesias

Cristina Iglesias nació en San Sebastián en noviembre de 1956 en el seno de una familia con grandes inquietudes culturales: “mis padres siempre fueron muy abiertos a que hiciésemos lo que quisiéramos y nos ayudaron a crear un ambiente de cercanía a la cultura.” Ese ambiente fue tan especial que tanto ella como todos sus hermanos han seguido distintas carreras creativas.

¿Cómo fue la decisión de dedicarse al arte? Cristina Iglesias afirma “no sé si eso se decide. En realidad es un largo camino el que he recorrido. A veces, de atracción hacia algunas cosas o de rechazo hacia otras.”

Ella empezó su recorrido estudiando en la facultad la carrera de ciencias químicas, aunque no la acabó. Sintió pronto su deseo de buscarse “un lugar alrededor del arte desde el que poder hablar” y a finales de los 70 abandonó la universidad para trasladarse a Barcelona. Allí empezó a estudiar dibujo y cerámica, comenzando sus primeros experimentos con materiales como el barro.

Cristina Iglesias

Pero aunque en Barcelona sintió la libertad artística, la necesidad de encontrar nuevos lenguajes hizo que viajará a Londres en 1980 para matricularse en la prestigiosa escuela Chelsea School of Art. “Llegué a Londres con ideas muy deslavazadas”, afirmó Iglesias, pero “descubrí a artistas que me abrieron nuevos mundos”. Gracias a ellos “descubrí conceptos de escultura mucho más abiertos, menos clásicos de los que yo conocía.” 

En la capital británica tuvo la gran suerte de poder codearse con artistas de la talla de Tony Cragg o Anish Kapoor, además de encontrar a su futuro marido, el escultor Juan Muñoz, con él que formaría un tándem creativo durante décadas.

En Londres estuvo unos años y en 1988 Cristina Iglesias recibió una beca Fullbright para estudiar en el Pratt Institute de Nueva York, donde terminó su formación. Viajera incansable, toda su formación en el extranjero la abrió a nuevas ideas y posibilidades.

Cristina Iglesias

Y ¿cuándo empezó a mostrar su trabajo al mundo? A principios de los años 80 comienza a exponer sus obras, pero fue su exposición en el CAPC de Burdeos en 1987 la que supuso el inicio de su proyección internacional. Y su participación en el pabellón español de la XLV Bienal de Venecia de 1993 consolidó su trayectoria. Desde entonces ha expuesto en todo el mundo, ocupando los espacios de instituciones de la talla de la Kunsthalle de Berna, el Stedelijk Van Abbemuseum de Eindhoven, el Guggenheim Museum de Nueva York o el Ludwig Museum de Colonia.

A lo largo de estos años ha trabajado con materiales industriales como el hormigón, el hierro y el cristal, combinados con motivos vegetales como el bambú o la hojarasca. Con ellos ha creado muros vegetales, construcciones laberínticas, grutas, lugares imaginarios, etc. Es evidente, sin duda, como en sus piezas se funden arquitectura y escultura: a través de juegos de luces y sombras en celosías, formas o relieves vegetales, techos flotantes, puertas ciegas, muros, marquesinas y otros elementos arquitectónicos, Iglesias sitúa objetos en diálogo con el espacio.

Dentro de su escultura arquitectónica, la naturaleza es un elemento fundamental para la artista: “me interesa pensar en la vida y cómo las plantas y otros seres vivos, a veces poco significativos como los líquenes, hongos y algas, se manifiestan en situaciones sensibles al clima, al agua y a la falta de ésta.” Ese agua se ha convertido, incluso, en un material más con el que trabajar a partir de 1992: en ese año Iglesias empezó a experimentar con este liquido capaz de cubrir o desnudar las raíces, venas, grutas o laberintos que pueblan su obra. El agua aporta medidas, sonido y movimiento.

Cristina Iglesias

Tampoco podemos olvidar la importancia que tiene en su trabajo la literatura y el lenguaje. Ella misma afirma que “los textos que he utilizado siempre describen lugares fantásticos, de la imaginación, aunque a veces son tremendamente creíbles.”

¿Qué obras suyas podríamos destacaría? Por supuesto no podemos olvidar las puertas que realizó para el Museo del Prado. De 22 toneladas y 6 metros de altura, fueron su primera obra pública en España: “es un proyecto en un edificio emblemático, imponente, que incluye un componente de tiempo y movimiento.” De hecho las puertas cambian de posición seis veces al día: “tienen un ritmo, por pausado que sea.

Debemos mencionar, también sus celosías. Un ejemplo lo tenemos en la colección del Museo Reina Sofía: “Sin título (Celosía III)”. Realizada en madera y resina, la pieza presenta un entramado laberíntico cuyas paredes están formadas por fragmentos de la novela À rebours de Joris-Karl Huysmans.

Otro ejemplo es su obra “Pabellón Suspendido” en la colección del museo Tate Modern. Es una estructura similar a una tienda de campaña compuesta por paneles enrejados hechos de alambre trenzado y suspendidos. Dos aberturas proporcionan puntos de acceso intrigantes a través de los cuales el espectador puede penetrar el interior.

Otro tipo de obras son sus fuentes, como la “Fuente profunda” situada a la entrada del Museo Amberes. Esta pieza “estimula la percepción” en todos los sentidos: el visitante tiene que rodearla para entrar en el museo, pero también puede sentarse y contemplar.

En España ha presentado en los últimos meses dos ejemplos interesantes de este tipo de obras:

  • Por un lado “Desde lo subterráneo”, cuatro pozos y un estanque junto al Centro Botín de Santander: “son como aberturas en la tierra que revelan un subsuelo de algas y arena, esa capa de agua marina que podría existir bajo el suelo.”
  • Por otro lado “A través” en el jardín del centro de arte valenciano Bombas Gens. Se trata de dos acequias que forman una cueva y cuyo interior se compone de varias capas de bajorrelieve de bronce, que recuerdan raíces y fondos de ríos.
Cristina Iglesias

Estas y otras piezas de Iglesias están creadas para ser vividas por el espectador. La cercanía, la vivencia y el recorrido es fundamental para tener una experiencia completa y disfrutar de innumerables sensaciones: “sentir provoca reflexiones, pero cada espectador es distinto.”

En este punto una pregunta viene a la mente: ¿cómo es su forma de trabajar de Cristina Iglesias? Suele compaginar la creación más íntima con la intervención en espacios urbanos y suele trabajar en varios proyectos a la vez, dejando que las piezas se vayan ensamblando: “suele haber obra reposando mientras avanzo en otras cosas.”

Y con toda su experiencia, ¿cree ella que tiene la mujer un lugar propio en la escultura contemporánea? Hace unos años afirmó lo siguiente: “no creo que seamos pocas. Sobre todo, si echas la vista atrás. Las escultoras Katarzyna Kobro o Eva Hesse, a la que descubrí siendo estudiante, han sido una influencia imprescindible para mí. Como las pintoras rusas Goncharova y Popova. En España hay muchas mujeres con obras muy interesantes. Creo que tenemos un sitio especial en la escultura, como en todas las áreas de la cultura y la sociedad. Queda mucho por hacer, pero incluso en el mundo árabe algo se mueve ya. A la hora de trabajar con arquitectos estrella sí hay más hombres, pero todos tienen a mujeres de extraordinaria valía en sus equipos.”

me gustaría estar cerca de mi familia y mis amigos, de mis cómplices y mis interlocutores de alguna manera. Y seguir teniendo proyectos, aunque sean pequeñitos, que me merezca la pena estar inmersa en ellos.”

Aquí terminamos hoy. Si queréis conocer más de Cristina Iglesias podéis visitar su página web o  ver el video creado por el Tate Modern sobre su trabajo.


La próxima semana Woman Art House se centrará en la artista Alicia Framis presentada por Isabel González (@Issart_GL), ya sabéis que podéis seguir el hilo en Twitter siguiendo #womanarthouse.

Etiquetas: , Última modificación: 15 septiembre, 2023