David Trujillo Ruiz, (Granada, 1977). Vive en Polop de la Marina desde 2011. Licenciado, con el Primer Premio Extraordinario Nacional de Licenciatura (2004), Diploma de Estudios Avanzados [DEA] (2006) y Doctor (2015) en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández de Elche, en la que es profesor adscrito al Área de Escultura, desde 2005, por la obtención de una Beca para la Formación de Profesorado Universitario [FPU] del Ministerio de Educación y Ciencia. Su práctica artística se ha centrado, desde sus comienzos, en las implicaciones sociales relacionadas con la inclusión de las TIC en las ciudades, con reflexiones sobre el control, la veracidad de las imágenes y la desmaterialización. Poco a poco ha trasladado ese foco de interés por el espacio hertziano, el lugar intangible de interacción de las tecnologías inalámbricas, las personas y el espacio físico, junto con las radiaciones radioeléctricas naturales y las artificiales de los dispositivos eléctrico-electrónicos, todo ello bajo el influjo de lo paranormal, lo extraño y lo oculto.
PAC – La práctica artística contemporánea en este país es complicada, si a ello añadimos el uso de los dispositivos tecnológicos ¿se complica aún más?
David Trujillo – Utilizar tecnología o dispositivos multimedia dificulta la producción artística un poco más, primero porque son materiales costosos y rápidamente se convierten en obsoletos (tanto los medios para realizar las obras como los soportes), y segundo, porque este tipo de arte raramente es coleccionable por el gran público, sólo por instituciones y museos. Ya alguien hace años me advirtió que ser artista era una profesión complicada, que se parecía a una carrera de fondo, y me aconsejó que no dejara de trabajar a pesar de las dificultades. Y ahí estamos, siempre en busca de financiación, de un concurso, de una beca o de algún otro premio para poder materializar determinadas piezas y exponerlas, pues de otro modo se quedarían en el limbo.
PAC – ¿Qué aceptación tiene este arte? Me refiero al público, crítica, centros, coleccionismo… ¿Sigue siendo rara avis, está de moda de nuevo?
David Trujillo – Como en todo, si es de calidad, la aceptación es buena, la utilización de materiales tecnológicos tiene que estar justificada, a través de una coherencia conceptual y formal, pero como los tradicionales. Y a la pregunta de si está de moda, lo tecnológico siempre lo está, el arte refleja la sociedad del momento. No olvidemos además, que el progreso del lenguaje del arte, las preocupaciones y temáticas, han ido ligadas a los avances tecnológicos o descubrimientos científicos, como el fonógrafo, la radio, el teléfono, el cine, la cámara de vídeo portátil, el televisor, el ordenador personal, Internet, entre otros, pues posibilitaron el nacimiento del arte sonoro, el vídeoarte, el net.art, etc., pero cuidado, el tiempo entre la aparición de la tecnología y su aplicación en el arte se acorta, por ejemplo el arte sonoro y el videoarte ya son clásicos…desde hace unos años hasta ahora, se está hablando de la visualización de datos en el espacio hertziano, de la realidad aumentada y de la inteligencia artificial.
PAC – ¿Estamos preparados para el uso de las tecnologías en el arte? Sigo viendo muchas exposiciones de este tipo que, por diversos motivos, durante su exhibición no funcionan como deberían, por indicarte algunos problemas que siempre le han acompañado.
David Trujillo – Desde el punto de vista de los espectadores estamos preparados, siempre se han utilizado, entre otras razones porque se comparten lenguajes, otra cosa es si la mayoría de los espacios expositivos están adaptados, para la difusión y conservación de este tipo de obras. Hay problemas intrínsecos a las tecnologías: cortocircuitos, archivos corruptos, la obsolescencia, etc., pero no por ello se van a dejar de utilizar, hay que entender que ciertos temas necesitan ser abordados con las propias tecnologías. Además, creo que la responsabilidad última recae en el propio artista, pues tiene que facilitar, en la manera de lo posible, la puesta en marcha de las obras y el mantenimiento de las mismas.
PAC – ¿La tecnología se destina en último lugar para el control de ciudadanos y ciudadanas?
David Trujillo – Las comunicacionales sí, nada más hay que observar las nuevas redes, pues nos brindan la capacidad de producir contenidos en movilidad (hiperlocalización de la información), consumir e intercambiar información en forma de datos, mientras transitamos por las ciudades, o entre ellas. Pero todo tiene un precio, pues los accesos a éstas y la generación de información, dejan un rastro en forma de datos (y metadatos) sobre nuestros gustos, intereses y hábitos, además los dispositivos con los que accedemos a estas redes, incorporan sistemas GPS, situándonos en un punto en concreto con una precisión de centímetros. Se abren muchas preguntas: ¿Quiénes gestionan esos datos? ¿Quiénes los quieren? ¿Qué hacen con ellos?…
PAC – En los 90, Daniel G. Andújar preconizaba este uso incipiente de la tecnología para el control ¿en qué estadio estamos ahora?
David Trujillo – Estamos justo en el límite, lo último es la implantación de chips (como los utilizados en los animales) en humanos, práctica que ya se está realizando. Y aunque lo venderán (raro es que no lo estén haciendo ya masivamente) como la panacea tecnológica que ayudará a hacernos la vida más fácil, pagar sin llevar cartera, acceder al sistema sanitario con todo tu historial, bloquear y desbloquear coches, casas, gestionar la inmigración, etc. Será el fin de la libertad como la conocemos ahora, ya que no se pueden apagar, o desconectar, no habrá escapatoria, sabrán qué hacemos y dónde estamos. Pero lo que más me preocupa es que la propia población demandará el instalarse el chip.
PAC – ¿Cuál debería ser nuestra postura como ciudadanos y ciudadanas?
David Trujillo – Creo que es difícil luchar contra todo un mundo ya medial, más si cabe si vives en la ciudad o no eres autosuficiente en alimentación y energía, y necesitas un trabajo para lograrlo. Si además le sumas el querer unos bienes y servicios, la tarea es imposible. No hay solución sin cambiar el sistema que tanto gusta, pero lo mínimo que podríamos hacer es ser conscientes de que estamos siendo monitorizados, y dejar el exiguo rastro posible en ese flujo de datos.
PAC – En un principio se pensaba que la tecnología nos haría más libres: liberación de tareas, mayor tiempo libre, etc. Parece que es más complicado. Como postura ética, ¿se puede o se debe estar contrario al uso de la tecnología?
David Trujillo – No se puede. Pero no creo que se deba estar en contra, sólo hay que tener cuidado. Hay un lado oscuro en ciertas tecnologías y redes comunicacionales e informáticas, pero las mismas nos ofrecen esperanza en otros ámbitos como en la medicina con la creación de órganos con impresoras 3D, o en la educación con el acceso global al conocimiento.
PAC – El momento que vivimos es un cambio de paradigma importantísimo, que quizás no podemos visualizar en todo su ámbito. Volviendo siempre a la historia, ¿estaríamos en unos momentos tan convulsos como los del movimiento ludita del XIX contra las máquinas que quitaban el trabajo de los obreros?
David Trujillo – Sí, ya estamos viendo parte de un paisaje económico y laboral, donde los robots, la inteligencia artificial y lo digital, están ocupando un lugar determinante en el sistema productivo. Está previsto que se pierdan millones de puestos de trabajo por esta cuarta revolución industrial, pero es muy difícil ir contracorriente cuando no queremos, somos egoístas y no miramos por el bien común. Echamos gasolina en surtidores prepago, usurpamos el puesto de cajeros en supermercados para ir más rápido, compramos vía Internet porque es más cómodo y barato, entre otras muchas acciones. Es normal, el sistema está así. Todavía no vemos ningún gran movimiento ludita, pero lo habrá.
PAC – ¿Tus próximos proyectos?
David Trujillo – Desde hace unos años estoy inmerso temáticamente en el mundo de lo paranormal: las apariciones, los ovnis, lo fantasmal, el terror, etc. Me atrae y me sirve de excusa para abordar cuestiones conceptuales y técnicas, como la relación del sonido con el miedo, la transcomunicación a través del ruido blanco de los viejos televisores, entre otras. Que han dado como resultado las exposiciones «I want to believe» (2017) en el ciclo Arte en la casa Bardín del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert y «The haunting sounds» (2014) en la Lonja del pescado. Paralelamente, estoy desarrollando, bajo el lema «Cuentos Hertzianos», una serie de obras que reflexionan sobre la inclusión masiva de las TIC inalámbricas en la ciudad, donde los flujos de datos (ondas hertzianas) están conectando a dispositivos y personas, conformando un nuevo espacio informacional, donde conviven además, las ondas naturales y la contaminación electromagnética. No es de extrañar que salgan resultados que pertenezcan a las dos series a la vez.
Créditos de las imágenes:
Créditos/ficha técnica de las imágenes:
1- David Trujillo Ruiz
2- Street light interferente/Fenómeno de interferencia de alumbrado público. 2016. Escultura interactiva
3- Trumpets of the Apocalypse/Trompetas del Apocalipsis. 2016. Video y pasaje sonoro holofónico.
4- Faces of Mystery/ Caras del misterio (2014-2017). Serie de obras pictóricas. Enmarcadas en cajas de aluminio.
5- Ghost hunters security room/Sala de seguridad, cazadores de fantasmas. 2014. Videoinstalación interactiva.
6- White Noise/Ruido blanco. 2016. Videoescultura.
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