Los Picoletos [Dante Litvak (1990) + Fabro Tranchida (1987), Buenos Aires, Argentina]. Viven y trabajan en Bilbao desde 2019. El dúo de artistas, desde 2016, investiga distintos movimientos de juventudes disidentes del underground, como el punk, la cultura queer y skater, del presente y del pasado, analizando sus maneras de evolucionar y contradecirse. Fotografía, dibujo, performance y soportes específicos para llevar al terreno de la instalación artística contemporánea obras que entrecruzan las distintas miradas de los jóvenes, que se apropian de las calles y se manifiestan en la sociedad de manera crítica.

PAC – Os proyectáis desde Buenos Aires / Bilbao. ¿Os hubiera gustado cambiar de lugar y hacerlo desde allí?
Los Picoletos – Creo que un poco la vida del artista es nómada. Nosotros comenzamos a trabajar juntos en Buenos Aires, nuestra ciudad, y el camino que emprendimos nos llevó a diferentes sitios. Bilbao ahora es nuestra base, pero eso podría cambiar en el futuro. Aquí encontramos un ecosistema amigable, se podría decir. Hay una comunidad de artistas jóvenes y nos apoyamos unos a otros. También nos aliamos en muchas borracheras, pero eso vamos a omitirlo.

PAC – ¿Creéis que vuestra trayectoria habría sido la misma?
Los Picoletos – No. Despegar de Buenos Aires nos abrió muchas puertas. Llevar nuestro trabajo a Nueva York, Budapest, Basilea o incluso el sur de Italia nos presentó nuevos desafíos y formas de entendernos a nosotros mismos como trabajadores del arte. Buenos Aires es nuestra ciudad y la amamos, allí tenemos a nuestra familia, muchos amigos… y el tema de ser migrante no es nada fácil, pero cuando ponemos las cosas en la balanza, poder desarrollar nuestro trabajo en Europa nos permite acceder a otros espacios y un mercado más expandido.

PAC – ¿Qué os impulsa a dedicaros a la práctica artística?
Los Picoletos – Creo que un artista es una persona inútil en general, que lo único que puede, quiere y sabe hacer (o no) es arte. No estamos capacitados para hacer otra cosa productiva en la sociedad.
PAC – ¿Qué ansiabais?
Los Picoletos – Dibujar, pintar, andar en skate, tomar mate son cosas que nos gustan y que, cuando nos hicimos amigos, empezamos a hacer juntos. Lo que ansiábamos era poder seguir haciendo esas cosas y divertirnos en el proceso. Y esas ganas le dieron forma a Los Picoletos.

PAC – ¿Lo encontrasteis?
Los Picoletos – Obvio que sí, che. A ver, yo creo que lo encontramos. Está ahí y convive con nosotros. Pero a veces, teniendo más compromisos a esta altura del partido, el trabajo puede volverse menos divertido (porque es trabajo). Pero siempre le encontramos la vuelta.

PAC – ¿Qué creéis que puede mejorarse en el Sistema del arte?
Los Picoletos – Siendo, como artistas, verdaderos productores profesionales de la inutilidad, creo que lo mejor que podemos hacer es seguir haciendo lo que venimos haciendo desde 2015: hacer lo que nos sale de los huevos. Hay discursos, modas y formas de hacer que se van estableciendo en el arte contemporáneo y le marcan la agenda a las instituciones y también a los artistas. Coincidentemente hay temas progres bastante presentes hoy como la problemática migrante o las identidades queer que aparecen bastante en nuestro trabajo. Porque somos migrantes, estamos deconstruidos (en parte) y todo eso. Y el sistema del arte es un sistema colonial por definición. Y hoy, en el siglo XXI, a las instituciones les conviene expiar culpas con expos sobre temas decoloniales. Y si lo pensás como si fuera una fábrica (o picadora de carne), los artistas seríamos los obreros y el resto de personajes, bueno ya te imaginarás… me fui por las ramas. El punto es ¿se puede mejorar el sistema del arte? Y yo creo que no. Es colonialismo y corrupción en estado puro. Mamá. Pero acá estamos… y encima ¡nos llamamos Los picoletos! Así que vamos a jugar.

PAC – ¿Qué deberíamos aportar y eliminar al Sistema?
Los Picoletos – Más coleccionistas y menos artistas (ja, ja, ja). Es broma. Lo que hay que aportar es más apoyo entre colegas. Igual creo que eso se está dando bastante. Y eliminar la envidia y las inseguridades. Si estamos acá es para disfrutar y decir cosas importantes. Hagámoslo, que lo demás no importa nada.
PAC – Asociacionismo profesional ¿qué opináis?
Los Picoletos – Si te referís a generar una comunidad de artistas fuerte, opino que estoy de acuerdo. Montar espacios de diálogo entre colegas y, principalmente, ser buenos colegas hace que todo funcione mejor. Es la clave para que ese colonialismo del sistema en sí, que te comentaba antes, no nos coma.

PAC – Habladnos un poco de vuestra trayectoria.
Los Picoletos – El cuentito de Los Picoletos empieza en Buenos Aires, en 2015. Mucho mate y medialunas de manteca generaron un hábito de trabajo que se fue convirtiendo en un lenguaje. Compartíamos taller en el barrio de Villa Crespo, cerca de la cancha de Atlanta. Escuchando punk y a veces unos buenos tangos, empezamos dibujando juntos, pero también hicimos videos, performances e instalaciones. Nuestra última expo, por ejemplo, tuvo un poco de todo eso. La montamos en el Museo Patio Herreriano de Valladolid. La pieza central de la expo era una video-instalación de cuatro pantallas con una video-performance que hicimos con El Niño de Elche, que grabamos en una fábrica en Buenos Aires. La expo se completaba con un texto de Pedro G. Romero que está muy bueno.

PAC – Definíos mediante hashtags o etiquetas.
Los Picoletos – Que difícil. Algunos que usamos bastante son #PatinoMuerte #JuventudMonstruo #FugazettaRellena #InvestigadoresDelArrabal #CRUDOS #Manimanija #MachacaMachaca
PAC – ¿Cuáles son los temas de vuestro trabajo artístico?
Los Picoletos – Lo de investigadores del arrabal nos define bastante. Desde el vamos, nuestro trabajo nació como algo biográfico: un registro de nuestro entorno (conformado por el skatepark y conciertos punk) y de nuestros colegas. Así surgieron, por ejemplo, nuestra serie de las neveras con retratos de skaters y punkis de aquí y de allá. Luego el tema de lo quinqui, como género, es algo a lo que le dimos bastante caña. De hecho, el nombre Los Picoletos, ironía mediante, se nos ocurrió luego de ver las películas de Eloy de La Iglesia, Saura, José Antonio de la Loma. Satirizar el nombre del enemigo y hacerlo propio. El cine, ya que hablamos de cine, está muy presente también en nuestro laburo, pero como trasfondo. De hecho por eso, en el texto de nuestra última expo Pedro G. Romero habla tanto de cine. Menciona “Crónica de un niño solo” de Leonardo Favio. Grande del cine argentino que apareció en charlas que tuvimos con Pedro en Buenos Aires mientras comíamos pizza. Otro tema que aparece mucho es el cuerpo, el cuerpo roto, los huesos pa’ fuera. En instalaciones y en performances. Nos gusta lo visceral, lo embarrado. A veces somos muy directos, a veces algo explícitos (por eso estamos super censurados en Instagram, siempre nos cae alguna). Pero bueno, si nos auto-censuráramos no seríamos nosotros.

PAC – ¿Algún proyecto, pendiente, que os gustaría realizar?
Los Picoletos – Estamos recién llegados de Nueva York, nos fuimos por una beca del Museo Guggenheim, y ahora nos toca organizarnos (y mira que el orden no es una cualidad que nos defina). Aun así, para este 2023, ya tenemos programadas dos nuevas exposiciones en dos galerías de España. Estamos trabajando desde lo pictórico y con una nuevas instalaciones que se activan cuando el público les da ‘hostias’.
PAC – Un deseo.
Los Picoletos – Nunca dejar de ser nosotros.

Laura Vinós: MIRA!: NO ES UN(A) ORDEN Siguiente Post:
«ElixilE» Leticia Martínez Pérez