Visit Sponsor

Escrito por: Artist Interviews Entrevistas

Entrevista a Gonzalo García Callegari

Gonzalo García Callegari (Lima, 1971) es artista influenciado por el cómic y la ilustración que lleva más de una década reflexionando sobre su propia idiosincrasia.

Así como el oráculo de Delfos nos desafiaba a conocernos a nosotros mismos, García Callegari analiza ‘Lo peruano’, que bien podría referir en muchos momentos a ‘lo latinoamericano’. Su reflexión aguda está alejada de cualquier atisbo de chauvinismo o de malinchismo.

A la manera de un historiador, la obra de Gonzalo evoca distintos periodos y sucesos ‘nacionales’, que abren la puerta a grandes reflexiones muchas veces incómodas, otras veces acalladas sobre el pasado propio, la raza, la historia. Analiza la importancia e influencia siempre actual del encuentro con el otro, así como los leitmotivs que han marcado a la sociedad peruana de los últimos años.

Utiliza también el humor para fantasear con la posibilidad de otra historia. Sus escenas son festivas, otras veces oníricas y parecen señalar un mundo fuera de lo común. De esta manera plantea una historia que se aleja del discurso institucional y de las interpretaciones históricas más frecuentes, que permita repensar(se) y redefinir(se) el carácter y el devenir patrio.

La obra de Gonzalo podrá verse en JustMad 2021 para seguir construyendo puentes que permitan acercarnos a una narración común y a nosotros mismos desde ese espejo que es el arte.

Gonzalo García Callegari. Fotografía de Miguel Carrillo. Imagen cedida por el artista.

D.V. – Gonzalo, ¿qué te aportaron tus estudios artísticos?

Gonzalo García Callegari – Yo pasé por muchísimas áreas de estudio antes de estudiar propiamente artes visuales. Siempre he sido una persona muy curiosa y ávida por explorar muchas áreas del conocimiento. Eso hizo que postulara a la Universidad Católica del Perú, una institución con muchísimas opciones para estudiar. Empecé en el área de humanidades, durante dos años que fueron muy importantes para mí pues me dieron una visión de la realidad peruana y mundial que el colegio no me brindó.

Luego pasé por la facultad de Psicología un par de años (me interesa mucho la psicología clínica, todo lo que tenga que ver con el comportamiento humano, el psicoanálisis, la psicología social), hasta finalmente caer en la facultad de Artes Plásticas, la cual siempre me había interesado pero que en esas épocas no era visto como una opción de estudios seria. Fue difícil al principio para mí estudiar artes pues yo venía con una formación intelectual, muy mental y lógica, y ahora me veía en un medio que era todo lo contrario, desestructurado, espontáneo y creativo. Además, nunca fui muy dotado ni en el dibujo ni en el manejo del color. Simplemente tenía una motivación muy grande por acercarme al mundo del arte.

El ritmo en la facultad era fuerte, iba de 8 de la mañana a 8 de la tarde, de lunes a viernes y a veces sábados también durante 6 años seguidos. Entonces uno realmente estaba inmerso en ese mundo todo el tiempo. Creo que lo más importante que me dejaron mis estudios artísticos fueron dos cosas: la primera es aprender a tener la capacidad de observar, de tener una mirada distinta del mundo que te rodea. Y la segunda es la disciplina. El tener un horario que por momentos era extenuante me sirvió mucho para tener el mismo ritmo de trabajo una vez que salí de la facultad. El paso a un estudio fue inmediato y casi con el mismo horario, como si fuera un horario de oficina. Hoy, 23 años después, sigo casi con el mismo ritmo de trabajo que tenía en la universidad, vivo inmerso en el mundo del arte todo el tiempo, a toda hora, hasta cuando duermo. Mi cabeza siempre está dando vueltas alrededor de ideas y proyectos artísticos.

Gonzalo García Callegari. Serie Dibujo infinito. Imagen cedida por el artista.

D.V. – ¿Empezaste en el área de la pintura?

Gonzalo García Callegari – En la facultad me especialicé en Pintura, pero pasé por otras disciplinas, pues la formación es muy integral. Se aprende dibujo técnico, dibujo anatómico, dibujo del natural, todas las técnicas de grabado (serigrafía, litografía, xilografía, intaglio, colagrafía), diseño gráfico, diseño industrial, modelado, escultura, instalación, etc., aparte de los cursos de letras como historia del arte, filosofía del arte, estética, arte y literatura, arte y antropología, etc.

En mi estudio seguí con la pintura al óleo sobre tela al principio, y con los años empecé a explorar otros materiales como el acrílico, la acuarela, los lápices de color, el pastel, además de distintos soportes y diferentes tipos de papel, diferentes texturas de tela, documentos antiguos, mapas, fotografías, etc.

Gonzalo García Callegari. Serie Canción Animal. Imagen cedida por el artista.

D.V. – Como bien dices, has explorando otras técnicas como el collage y también el soporte que empieza en un momento dado a ser parte importante del discurso. ¿Cómo funciona esta búsqueda de papeles, mapas, fuentes?

Gonzalo García Callegari – Poco a poco y fruto de mi curiosidad he ido descubriendo todo un mundo fascinante que en España llaman el Rastro y que aquí se conoce como la Cachina, un lugar en donde se encuentran muchísimas cosas que me parecen interesantísimas, entre ellas documentos como mapas, escritos, láminas, fotografías, dibujos de otros artistas, billetes antiguos, partituras musicales, planos de arquitectura, y documentos en general que he empezado a intervenir, al principio con un poco de timidez y luego con mayor seguridad.

Muchos de estos soportes son tirados a la basura y rescatados de ella por recicladores. Entonces para mí es como darles una nueva vida, y darles además un nuevo significado, creando capa sobre capa de información para crear una obra totalmente nueva. Lo que me interesa es no cancelar la información poniendo una capa de materia espesa y opaca, sino que las dos imágenes (la original más la que yo elaboro encima de ella) dialoguen entre sí y se fundan de alguna manera, utilizando capas muy sutiles de color y trazos para lograr eso. El collage aparece como una consecuencia de lo anterior, al quedarme en algunas ocasiones con retazos de estos documentos que he ido incorporando en trabajos recientes. Pero no se trata únicamente de pegar los papeles, sino también de dibujar y pintar sobre ellos y que formen parte importante de
la composición.

Gonzalo García Callegari. Serie Peruanismos. Imagen cedida por el artista.

D. V. – A día de hoy, tu obra estás muy influenciada efectivamente por el dibujo, el cómic, la ilustración.

Gonzalo García Callegari – Yo creo que mi entrada al mundo del arte fue a través de los comics. Cuando era niño los descubrí y vivía fascinado con las historias de superhéroes, con los colores y la acción; el bien contra el mal, los villanos, etc. Vivía ansioso cada jueves por la noche, pues sabía que los viernes llegaban los comics nuevos al kiosko de mi barrio y me iba muy temprano a comprarlos y leer mis historias favoritas.

Cuando empecé a trabajar en mi estudio en 1998, mi obra era pintura/pintura, consecuencia de mi formación académica. Entonces hacía una pintura entre figurativa y abstracta, en donde la figura humana era casi una presencia fantasmal, una
sugerencia. Con el tiempo me he ido decantando por lo lineal, la ilustración, la exploración de lo gráfico, el dibujo en general.

Ahora mi obra es más figurativa, me interesa el cuerpo humano, el gesto, el movimiento. Ahora me siento más seguro con mi dibujo, pues los años me han dado esa confianza y también el hecho de no haber cancelado ni negado lo que he aprendido anteriormente, sino haberlo incorporarlo y seguir avanzando en esta búsqueda que no acaba nunca.

Gonzalo García Callegari. Serie Peruanismos. Imagen cedida por el artista.

D.V. – Asimismo en tu obra hay guiños a otros artistas, a canciones, al circo etc. 

Gonzalo García Callegari – Efectivamente, en mi trabajo hay referencias a múltiples cosas. Una de ellas es a artistas a quienes admiro y a quienes sigo en su evolución. Obviamente, hay momentos en que uno se siente más cercano a unos que a otros. Con los años los gustos y preferencias van cambiando y se van decantando, uno se va aproximando a unos artistas y dejando atrás a otros.

Siempre busco acercarme a la música, la literatura, el cine, el teatro, la danza, y en general a toda manifestación artística que me parezca interesante y que además deje algo en mí, alguna idea que prenda dentro de mi cerebro y que dispare alguna imagen que me lleve a lograr más adelante el llevar a realizar alguna obra. En otros momentos tomo algunas obras clásicas del arte universal y me baso en la composición general para crear una obra nueva.

He descubierto también con el paso de los años que muchas de las ideas que luego han devenido series completas tienen que ver con mi infancia, con mis primeros recuerdos y anhelos, y también con mis deseos no resueltos: los cómics, el circo, los objetos que me rodeaban mientras crecía (y que ahora ya no se producen), las artes marciales (que me parecían fascinantes pero que nunca llegué a practicar), el diseño industrial, la estética de los 1970’s, la dictadura militar (yo nací en 1971, en la última dictadura militar que tuvo el Perú y que duró hasta 1980), el clima gris de Lima, la estética del arte japonés, la ciencia ficción, mi relación con los animales, etc.

Gonzalo García Callegari. Serie Peruanismos. Imagen cedida por el artista.

D.V. – Tu obra da un giro hace unos años, empiezas a hilar ese gusto formal con un cuerpo de trabajo que ahonda en la historia de tu país.

Gonzalo García Callegari – Algo pasó en mí hace unos 12 años. Estaba buscando nuevas ideas para continuar con mi trabajo y notaba que en Perú estaba en plena ebullición lo que aquí se ha venido a llamar el “boom gastronómico” (un movimiento que busca revalorar la calidad y variedad de nuestra gastronomía, fruto del mestizaje y de la influencia de tantos años de inmigración, mezclado con la abundante y rica variedad de ingredientes oriundos de aquí).

Por otro lado, en esos años no había en el Perú mucho amor por lo propio ni por lo nacional, en parte a consecuencia de fenómenos históricos muy complejos y recientes como el terrorismo (1980-1992) y el gobierno fujimorista (1990-2001) que dejaron una estela muy grande de desazón, desesperanza y descomposición social. Entonces me propuse empezar a investigar en aquello que nos identifica a los peruanos como tales, y empecé a intervenir artísticamente primero los símbolos nacionales más importantes como el escudo, el himno, la bandera y un largo etcétera que van desde la Conquista del Perú (1532) hasta los últimos eventos políticos de estos días, pasando por la época precolombina, el proceso independentista, la Guerra del Pacífico (1879), nuestros llamados héroes nacionales, las dictaduras militares, nuestra idiosincrasia, la figura presidencial como “padre” de todos los peruanos, la corrupción, la figura de la Patria, la religión, los fenómenos sociales, el lenguaje, la llamada civilización del espectáculo, y en general todo lo que tenga que ver con lo peruano y con lo que nos hace ser lo que somos.

Gonzalo García Callegari. Serie La reconquista del Perú. Imagen cedida por el artista.

D.V. – Te interesas por la identidad un tema que exploras desde el chauvinismo, pasando por el retrato, el cuerpo, la relación con el otro…

Gonzalo García Callegari – La identidad me interesa muchísimo. Constantemente estoy cuestionando mi trabajo y a mí mismo. Por eso mi obsesión con la búsqueda de un personaje a través del dibujo.

Cada posición, cada giro del cuerpo, cada gesto en el rostro, cada movimiento de extremidades, representa a un personaje distinto o quizás al mismo personaje en diferentes facetas que va comunicando diferentes sensaciones, diferentes significados, diferentes realidades. Incluso cuando a este personaje lo contrapongo a otro personaje, pienso que es un lado distinto del mismo personaje, como distintas perspectivas de un mismo reflejo en el espejo. Y entonces esa búsqueda se hace infinita, es imposible que acabe algún día, o al menos pienso y deseo que sea así.

D.V. – En varias de tus series cuestionas la relación de dependencia (casi de tipo paterno filial) que la sociedad en general tiende a tener con sus figuras políticas, o sus personajes públicos. Para mí muestras un fracaso en ese apego que traduce de alguna manera, una identidad fracturada.

Gonzalo García Callegari – Es como si la sociedad pusiera todos sus ideales, sus expectativas, sus deseos, sus temores y sus aspiraciones en los personajes políticos, que son los que tienen el poder, de alguna manera, de cambiar las cosas en la sociedad. Se crea entonces una relación de dependencia muy fuerte con la autoridad.

Sin embargo, en el Perú una y otra vez nos damos de cabezazos contra la realidad pues los políticos en su gran mayoría resultan ser seres a los que sólo les importa su propia agenda, sus propios intereses, sus ansias de poder, el acumular y acumular dinero. Y en la siguiente oportunidad que se nos presenta volvemos a elegir a los mismos personajes y vemos que la historia se repite, una y otra vez, y eso me parece muy triste pero a la vez también me parece fascinante. No lo llego a entender en su totalidad y por eso lo toco una y otra vez en mi trabajo.

Creo que nuestra sociedad (hablo de la sociedad peruana) es una sociedad muy enferma, consecuencia de muchos factores, entre ellos la falta de educación, el abandono en la que ha estado durante mucho tiempo, la ignorancia, la desinformación, la informalidad, etc. Y sin embargo seguimos viendo a los políticos como nuestros salvadores, sin darnos cuenta que somos nosotros mismos los que tenemos que salir con nuestros propios recursos. Es una relación que está condenada al fracaso siempre. Sólo cambiaremos y saldremos del subdesarrollo cuando lleguemos a entender eso y construyamos una nueva identidad y nos reconozcamos como lo que somos y sepamos convivir con nuestras diferencias y contradicciones.

Gonzalo García Callegari. Serie Peruanismos. Imagen cedida por el artista.

D.V. – Asimismo, en esa búsqueda de respuestas sobre la idiosincrasia, hay una revisión de la herencia, la historia, e incluso de los discursos que han hilado la identidad peruana, que a la postre es una reflexión extensible a la identidad de cualquier ex colonia latinoamericana. 

Gonzalo García Callegari – Sin querer, al hablar de la idiosincrasia y de la identidad peruana, de alguna manera también estoy hablando de distintas sociedades que han pasado por procesos históricos similares en Latinoamérica o África. Pero de eso me he dado cuenta después de un tiempo, al empezar a salir de Perú y confrontar mi trabajo con otros públicos y escuchar lo que éstos tienen que decir.

Por supuesto cada sociedad tiene sus propias peculiaridades, pero también hay muchos puntos en común y uno encuentra procesos similares. Hay un ingrediente muy importante en mi trabajo y es la fantasía. Esa fantasía me permite no contar o ilustrar la historia como fue, ni siquiera como a mí me hubiera gustado que fuera, sino recrearla una y otra vez, fracturándola, releyéndola, reinterpretándola y sacando elementos de una época para mezclarlos con otra, haciendo saltos en el tiempo improbables para la lógica, pero que en el arte de alguna manera funcionan.

Claro que me interesa también la estética, pero esa estética no puede estar vacía, tiene que estar cargada de un significado, de algo que le dé valor más allá del puro goce visual. Pero tampoco pretendo ser un historiador o un político con mi trabajo. Y menos un mero ilustrador. Hay una frontera muy sutil entre ser una cosa u otra y trato de alguna manera de moverme entre esos límites, y ser provocador sin ser ofensivo, de sugerir sin imponer, de llevar a la reflexión sin pontificar.

Gonzalo García Callegari. Serie La Conquista del Este. Imagen cedida por el artista.

D.V. – El humor, la ironía es un dispositivo frecuente en tu obra para plantear ciertas reflexiones, como la conquista invertida. ¿Puedes hablarnos de esto?

Gonzalo García Callegari – La ironía es parte fundamental de mi propuesta artística. Supongo que es porque también forma parte de mi propia personalidad. Es una manera de hacerle frente a la realidad, como una especie de filtro.

He aprendido con el transcurso de los años que el humor inteligente es un recurso al que recurro para enfrentar los múltiples problemas y obstáculos que me plantea el ser artista visual en un medio con tantos elementos que juegan en contra. Eso se manifiesta en mi obra una y otra vez, aunque a veces es interpretado de manera errónea por un público que se queda en la anécdota y no sabe interpretar el doble sentido, la ironía, el juego de imágenes y palabras, etc. Es un recurso al que hecho mano para tocar algunos temas que pueden ser muy complejos de abordar de manera directa. El humor es una manera de darle la vuelta a situaciones así. Me interesa mucho que al espectador le quede algo al mirar la obra, que lo invite a la reflexión.

D.V. – Volviendo un poco atrás, mencionaste el boom gastronómico del Perú que tuvo su principal promotor en los propios chefs que se interesaron por promover ese valor nacional. En el arte, ¿cómo funciona esto?

Gonzalo García Callegari – En el proceso del llamado boom gastronómico efectivamente han sido los mismos chefs los que han impulsado todo este movimiento. Surgió un personaje muy importante, Gastón Acurio, que ha sido el que de alguna manera ha liderado esto y en torno al cual se ha organizado toda la movida. En cambio, en las artes visuales no ha sido así.

Cuando yo salí de la universidad en 1997, habían unas 10 o 12 galerías comprometidas con una línea coherente que se ocupaban del arte contemporáneo. 23 años más tarde, y a pesar del crecimiento económico de los últimos años, hoy sólo son 5 o 6 las galerías con estas características. Para una ciudad como Lima, con más de 10 millones de habitantes, esta cantidad es absurda. Creció la economía, pero la cultura, la educación y el interés por el arte decrecieron en todo este tiempo. Se creó el Ministerio de Cultura recién hace 5 o 6 años, pero con un presupuesto muy reducido y sin políticas ni objetivos culturales claros.

Además, en la mayoría de los casos no han sido las galerías las que han impulsado la escena del arte contemporáneo peruano, sino los mismos artistas que han tenido que emigrar a otros países, sobre todo a Estados Unidos y a Europa, para desde ahí empezar o continuar con sus carreras. Recién cuando estos artistas han empezado a hacer ruido en el ámbito internacional es que los coleccionistas y las galerías locales han puesto la mirada en ellos y se ha logrado que el arte peruano tenga un lugar expectante en la escena internacional.

El estado peruano, por otro lado, casi no ha tenido injerencia en estos procesos, demostrando que poco o nada le interesa la cultura contemporánea. En la escena local existe mucha informalidad y el país tiene muchísimos problemas estructurales que arrastra desde hace muchos años, lo que hace que la cultura sea lo que aquí llamamos “la última rueda del coche”, es decir, lo menos importante por atender. No sólo sucede esto en el campo de las artes visuales, sino también en el sector editorial, fílmico, teatral, musical, etc.

Gonzalo García Callegari. Serie Putavida. Imagen cedida por el artista.

D.V. – En los últimos años has expuesto fuera de Perú, ¿cómo ha sido la experiencia?

Gonzalo García Callegari – La experiencia de exponer fuera del Perú ha sido sumamente enriquecedora. En verdad me arrepiento un poco de no haber empezado antes. Durante muchos años estuve esperando que fuera la galería con la que trabajo en Lima desde que empecé mi carrera la que se ocupara de eso (como suele ser en otras realidades), pero al ver que pasaba el tiempo y no pasaba nada, fui yo mismo el que se organizó junto a otros artistas con las mismas inquietudes y formamos Fixed Project Lima, un proyecto autogestionado que nos ha permitido viajar a otros países y exponer nuestras obras con muy buenos resultados.

Siempre es bueno conocer otras propuestas artísticas, cómo funciona el sistema del arte en otros países, contrastar tu propia obra con la de otros artistas, conocer curadores, críticos, comisarios, galeristas y artistas con diferentes lenguajes, objetivos y discursos.

Uno aprende mucho, y además enfrentas tu propia obra a un público diferente. Ese diálogo que se establece es fundamental para seguir creciendo artísticamente, tu propia obra madura y se enriquece, surgen proyectos nuevos, tu mirada se amplía y eso se va notando cada vez más en el trabajo diario en el estudio.

D.V. – ¿Qué proyectos tienes para 2021?

Gonzalo García Callegari – De más está decir que el 2020 ha sido un año durísimo para todo el mundo en general, pero aún más para el sector artístico alrededor del mundo. Exposiciones y ferias en las que iba a participar han sido canceladas o postergadas. Pero eso también ha sido una oportunidad para hacer una pequeña pausa y ponerle aún más fuerza a lo que uno hace.

Para el 2021 entonces de lo que se trata es de retomar los proyectos que se tenían en pausa. Tengo proyectado participar en la feria JustMad de 2021, luego en la feria de arte contemporáneo Parc en Lima, inaugurar una muestra individual titulada “Peruanismos vol. 4: El presidente, sus ministros, el ladrón y su amante” en una galería de Lima a mediados de año y también ir viendo qué otras ferias alrededor del mundo se vuelven a reactivar y poder participar en ellas.

Por otro lado, en el estudio tengo casi lista una serie titulada “Dibujo Infinito”, que ojalá pueda ser expuesta en 2022. Y también está en mis planes el poder realizar una Muestra individual en España en los próximos años con el proyecto “Putavida”, en donde intervengo fotografía erótica antigua a través del dibujo, el collage y la pintura. A pesar de la pandemia y de una crisis política permanente en el Perú, la cultura y el arte no pueden parar.

Etiquetas: Última modificación: 6 septiembre, 2023