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Gema Álava y Josué Moreno: “THE ORACLE: TELL ME A SECRET”, en ESTAMPA

ESTAMPA. 20-23 de Octubre 2011

Dentro de la renovada ESTAMPA, paseando y disfrutando de todo lo que formaba parte de la sección “Sound in”, nos llamó la atención una instalación: “The Oracle: Tell Me a Secret”. Un habitáculo que a primera vista parece cuadrado, pero que no lo es, sino que tiene forma trapezoidal –por eso de la acústica, nos explicaron luego-, alberga un óvalo de 2.5×1.5m constituido por cientos de trozos de papel –escritos- clavados en la pared, sensibles a las corrientes de aire, a la humedad y a las vibraciones acústicas de la composición sonora que acompaña a la pieza.

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Son muchos los motivos que hacen que este proyecto artístico sea fascinante, o por lo menos a mi me resulta fascinante ya desde su gestación. El proyecto es llevado a cabo por dos artistas de disciplinas diferentes, separados por miles de kilómetros y que hasta entonces, no se conocían. La artista visual Gema Álava es de Madrid, pero vive en Nueva York desde hace diez años (donde lleva una importantísima carrera profesional). El compositor y artista sonoro Josué Moreno también es español, de Jaén, pero vive en Helsinki –donde completó sus estudios-. La obra nace del encuentro en la distancia de ambos, de un intercambio de palabras, siendo precisamente el diálogo y las casualidades parte importante del trabajo de Álava. Es Josué quien conoce la obra de Gema, y decide contactar con ella, interesarse más por su obra, tal vez pensando ya en la posibilidad de colaborar juntos en un proyecto. Se inicia así un conocimiento profesional por ambas partes, que sorprendentemente, en plena efervescencia de la palabra digital, es realizado a través del medio de comunicación más longevo y sencillo a la vez:  la carta.

Resulta fascinante ver cómo un proyecto artístico tan de ahora, tan del siglo XXI, donde se fusiona la instalación con el arte sonoro, haya empezado de la manera más clásica y tradicional, casi con un toque de romanticismo nostálgico que evoca todo lo que conlleva la correspondencia: escribir, enviar, esperar una respuesta… Máxime en estos tiempos en los que no tenemos tiempo de sentarnos a escribir… ¿o si?

Son estas cartas, estos papeles escritos, ahora troceados, los que componen esta instalación. Ahora lo sabemos, pues tuvimos la suerte de que tanto Gema como Josué nos explicaran la obra de primera mano, pero cuando llegas y te colocas frente al óvalo ves esos diminutos papeles con letras… y te envuelve un poco ese misterio de “qué pondrá”, ¿“leeríamos algo coherente si juntáramos todos los papeles?”, “¿Sería posible juntar todos los papeles?” El poder de sugerencia de estos fragmentos es muy potente, algo muy característico del trabajo de Álava, que gusta de introducir en las obras materiales frágiles que transmiten una fuerza que parece no provenir de ellos.

Puedes formar parte de la instalación soplando con fuerza los papeles, que se mueven dando la sensación óptica de que el óvalo gira, por lo que estéticamente se produce una sensación muy agradable y puedes también forma parte de ella gritando, hablando, pues la pieza se compone de un sistema de amplificación y proceso donde los sonidos son incluidos al paisaje sonoro de la sala a través de este sistema. Estos ecos están filtrados, suavizados o magnificados, y acompañados por sonidos acuosos y rodantes. Josué  Moreno afirma, basándose en la teoría de Marconi, que  los sonidos nunca dejan de existir, se vuelven imperceptibles y, con los medios técnicos adecuados, se podrían escuchar los sonidos producidos desde el principio de nuestros días. De esta manera la obra que aquí presenta recoge una memoria sonora de su tránsito por distintos entornos y de la voz de los visitantes acogidos en el espacio del Oráculo.

La instalación es completada por una partitura encriptada, formada por un hilo transparente que transcurre escondido entre los fragmentos de papel, apenas perceptible por su sutileza y no obstante claramente presente en la obra. Esta partitura es interpretada varias veces al día por un grupo de músicos, dotando así a la base musical de contenido.  De esta manera, la música late entre la materia visible y palpable, produciéndose una unión perfecta entre el arte sonoro y el visual.

Esta Instalación Interactiva Visual y Sonora, nos llega desde Nueva York, desde Gema Álava Studio, y es la primera exposición de una instalación de Gema Álava en España.

Victoria Arribas y Gema Batanero

Etiquetas: , , Última modificación: 25 octubre, 2011