Juegos de códigos de Roberto López Martín en CEART

by • 30 marzo, 2012 • Centros de arte, Exposiciones, Instalación, Madrid, PinturaComments (0)4547

Del 22 de marzo al 10 de abril de 2012. CEART, Fuenlabrada (Madrid).

Centro de Arte Tomás y Valiente CEART presenta Donde juegan los códigos de Roberto López Martín (1982). La exposición, compuesta por  una selección de obras recientes del artista madrileño, nos invita a entrar en un mundo de juegos que no son exactamente para niños. Una reflexión sobre el consumo de la violencia gratuita y lo monstruoso en los medios de comunicación.

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«Una instalación que se concibe, a primera instancia, como una zona preparada para el juego y la diversión. Una serie de columpios aparecen como epicentro de un espacio donde lo lúdico sufre un inquietante desplazamiento hacia las paredes de la sala. La zona infantil está vacía, como si nunca hubiera sido habitada.  El juego queda reservado al consumo visual de las imágenes pictóricas. Es, en ese momento, cuando empieza la partida.

Pero participar en el entramado lúdico de López Martín supone partir siempre en desventaja. La propia zona de juego endulza y empacha peligrosamente nuestra mirada nada más comenzar. Aunque no seamos conscientes de ello, solo con entrar en la sala perdemos la mitad de nuestras fichas. Aquí, nuestra percepción queda presa de las edulcoradas estrategias de consumo de la deformidad y lo monstruoso llevadas a cabo por los mass-media. Estrategias que inciden en un envoltorio que anestesia nuestra mirada remitiéndonos a imaginarios de la infancia y del juguete, a universos propios de la utopía Disney y de las felices promesas de los cuentos populares tradicionales. Imaginarios donde a la deformidad se le ha extraído cualquier elemento que remita a enfermedad, dolor y sufrimiento para convertirse en un objeto de consumo apto para ser digerido con plena escopofilia.

En la zona de juego de López Martín no hay espacio para lo sentimental y lo piadoso. No pretende conmovernos ni despertar en nosotros espíritu solidario alguno. Por el contrario, su obra nos empuja a reflexionar sobre el funcionamiento de nuestra mirada ante los códigos  en los que se presenta mediáticamente lo violento y lo deforme. Sus pinturas nos enfrentan a esta tesitura para intentar encontrar las razones por las que, pese a nuestro consumo masivo de imágenes mediáticas de alto contenido monstruoso, en la vida real la diferencia física todavía nos sigue violentando de tal manera que se convierte en pura abyección.

Jugar con los códigos supone enfrentarse a lo lúdico-infantil mediatizado para no caer presos de la imagen. Pero nadie dijo que fuera fácil. Una vez que lo infantil anestesia nuestra visión, lo deforme se activará con toda su violencia devorando nuestra mirada con lo repulsivo de su aspecto. Demasiado tarde para reaccionar. La partida ha terminado: game over«. Francisco García Ramos

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