Amor a primera vista es lo que sintió el artista Murfin al encontrase con esta estructura, que hoy se ha convertido una especie de nave espacial. Paseando por La Carolina, junto al artista Miguel Scheroff (pieza clave para lograr que este proyecto se llevara a cabo), Murfin quiso que su nuevo mural fuera un gran reto lleno de complejidad.

Tanto el diseño como por la ejecución tuvieron que adaptarse a la arquitectura del soporte y a la morfología del terreno. Zonas difíciles de acceder con grúa, desniveles, recovecos… convirtieron este proyecto en un desafía, pero también lo convirtieron en una invitación para el artista a crear una obra dentro de un imaginario de fantasía. Acometido bajo los códigos, colores y elementos del espacio exterior. Su particular forma geométrica y su enclave de gran visibilidad, incita a los viajeros a soñar con el despegue o aterrizaje de esta «nave espacial».

«La línea del mensaje que nos gustaría transmitir es de positivismo, superación y de que soñar con ilusión y esfuerzo nos hará alcanzar nuestras metas. Nuestras sueños, nuestras metas, pueden parecer estar lejos, como las estrellas, pero cualquier niño podrá «montarse en su nave espacial» para alcanzar sus propios objetivos» Murfin.

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