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Existe una generación que carga sobre sus hombros una paradoja única: crecieron en un mundo analógico, pero llegaron a la adultez en uno digital. Vieron cómo las cintas VHS eran desplazadas por los DVD, luego por el streaming y finalmente por la nube. Aprendieron a grabar programas en el radiocasete, a jugar con un Spectrum, a teclear comandos en MS-DOS y a usar disquetes. Más adelante, adoptaron el lenguaje visual de Instagram, el minimalismo de las interfaces modernas y la lógica de la hiperconectividad. Esta generación—la de los nacidos entre mediados de los años 70 y finales de los 80—no solo fue testigo de una de las transiciones tecnológicas más intensas de la historia, sino que también la vivió desde dentro, con asombro, con resistencia, y sobre todo con una profunda comprensión del cambio.

Dean Bianchi – A Girl and Her Robot

Ahora, décadas después, muchos de estos individuos están utilizando su bagaje cultural como combustible creativo. Y lo están haciendo desde un nuevo terreno fértil: la inteligencia artificial generativa. Herramientas como Midjourney, DALL·E o Runway no son para ellos simples novedades tecnológicas, sino extensiones de una imaginación cultivada entre películas de ciencia ficción, revistas de electrónica, videojuegos pixelados y la magia de los primeros ordenadores domésticos. No se trata solo de nostalgia. Se trata de una sensibilidad única, de una visión que comprende que el futuro no siempre tiene que parecerse a una app de banca ni a un quirófano de cristal y acero. Que puede ser, también, un lugar con alma.

El trabajo de Dean-Bianchi (@spipasucci_ai) es una cristalización brillante de esta perspectiva. Su universo no imagina el futuro como una ruptura limpia con el pasado, sino como un ciclo, una superposición estética y emocional de tiempos. Dean no crea mundos dominados por lo nuevo sino escenarios donde lo nuevo convive con lo que aún tiene valor, donde la tecnología avanzada no borra la historia, sino que la reinterpreta. En su propuesta, los asistentes personales no son pantallas planas y frías, sino objetos con formas inspiradas en la carpintería de mediados del siglo XX, con botones físicos, paneles de madera, interfaces que parecen salidas de un laboratorio retrofuturista. Sus robots no infunden temor ni fascinan por su perfección técnica: encantan por su imperfección estética, por su humanidad artificial, por parecer personajes salidos de una película de los años 70 sobre el mañana.

Y no es solo en los objetos donde esto se manifiesta. También en las personas, en los paisajes, en la moda. Dean imagina un futuro donde las prendas integran circuitos, sí, pero también texturas, costuras visibles, materiales reconocibles. Donde la inteligencia no está solo en el algoritmo, sino en el diseño emocional de cada elemento. Donde la IA no sustituye lo humano, sino que lo amplifica.

Este enfoque no es casual, es cultural. Es el fruto de una formación visual y emocional que abarca desde Star Wars hasta Space: 1999, desde los libros de Elige tu propia aventura hasta las primeras webs llenas de gifs parpadeantes. Es una generación que supo lo que era esperar a que cargara un juego durante minutos, y que ahora genera un mundo entero en segundos. Esa paradoja es su superpoder.

Mientras algunos se enredan en debates sobre si la IA es arte o no, artistas como Dean-Bianchi están ocupados haciéndola significar. No buscan validación en los márgenes teóricos, sino en la potencia de la imagen, en la construcción de mundos que nos conmuevan, que nos resulten familiares y a la vez extraños. Porque solo quien ha vivido suficientes versiones del futuro puede construir una que, al mirarla, nos interpele desde lo emocional, lo estético y lo cultural.

Y quizá por eso los mundos generados por esta generación son tan fascinantes: porque no buscan asombrar por lo nuevo, sino emocionar por lo reconocible. Porque el futuro, para ellos, no es un lugar limpio y frío, sino uno lleno de textura, de historia, de ecos. Un futuro imperfecto, sí. Pero intensamente humano.

Este texto has sido redactado tomando como inspiración los argumentos del propio creador, donde he aportado mis propios conceptos y un análisis de su obra muy minucioso. Además ha sido revisado por GPT para perfeccionar la distribución. Descubre más sobre la opinión del creador y más imágenes en la versión impresa de creAtIva Magazine / Vol/6 – Mundos Futuros.

Etiquetas: , Last modified: 20 mayo, 2025