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Escrito por: Exposiciones Premios

Devolver el fuego en Conde Duque

Julia Llerena

El Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque acogerá, desde el próximo 22 de abril, la exposición Devolver el fuego. Una muestra colectiva, comisariada por Mónica Maneiro, que gira entorno a la idea general de narrar nuestro paso por el planeta en relación con la cultura, la civilización, nuestras acciones, el uso de la energía y la presencia de los océanos y una naturaleza que reclaman protagonismo y una nueva actitud del ser humano ante ellos.

Julia Llerena

>Entre los artistas participantes encontramos a Keke Vilabelda, Alberto Carneiro, Julia Llenera, Lois Patiño, Dan Graham, Enar de Dios Rodríguez, Nacho Martín Silva, Mireya Masó, Glenda León, Eva Lootz, Ding Musa y Rosell Meseguer.

En el caso de Keke Vilabelda, podremos acercarnos a unas pinturas en las que «el artista parte de la reciente erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, para enfrentarse al fuego como energía primigenia. Esa  imagen del volcán en erupción de lava lleva al artista a desarrollar una pintura  abstracta, concentrando en el lienzo la potencia de la lava y el fuego para desarrollar unas pinturas matéricas que construyen el paisaje natural y pictórico. El pintor lo consigue a través de una serie de procesos alquímicos que dan lugar a estas obras cuyo objetivo es la comprensión de estos procesos derivados de la acción natural.

Alberto Carneiro presenta una pieza constituida por una serie de fragmentos de madera que componen algo parecido a un mándala o a una extraña Rosa del Desierto y que nos conduce a un espacio de reflexión sobre la naturaleza. Su obra se identifica estéticamente con la fusión entre cuerpo y naturaleza. Su incesante investigación sobre el paisaje como lugar de recuerdos, así como la relectura de la tradición escultórica, le ha llevado a realizar una aproximación a las diversas vertientes de la sabiduría oriental. Con un  gran conocimiento y dominio del medio, introduce el factor tiempo en trabajos como este Sobre o meu Jardim (Sobre mi jardín). 

Julia Llenera presenta Ombligo, cuenco y agua, un recorrido geográfico, táctico y sensorial en  cuyo proceso largo y lento, piel y barro se funden para dar forma a piezas curvas y lisas conectadas entre sí, como si se tratara de un manantial cuya agua brota del suelo o de entre las rocas. Las piezas en su conjunto componen un territorio habitado y habitable, donde cada gesto de los dedos y huesos queda permanente  en ellas, como una huella del pasado o un pliegue, una arruga que ahora es fósil traído al  presente para ser observado y reconocido de nuevo. 

Lois Patiño propone Sol Rojo, en la que nos sumerge en la oscuridad del mar y refleja aspectos perceptivos y sensoriales de la experiencia submarina. La flotabilidad del cuerpo, la atención a la respiración, el movimiento oscilante de la luz o el aislamiento sonoro, nos envuelven en una experiencia íntima de profunda introspección. En Sol Rojo se analiza el concepto de flotabilidad neutra, punto en el que el cuerpo sumergido  encuentra el equilibrio exacto en donde ni emerge hacia la superficie, ni se hunde  hacia el fondo, sino que se mantiene suspendido, ingrávido, en sincronía total con el movimiento  de la masa de agua. Este estado de suspensión en el espacio acuoso, controlado desde la respiración, nos lleva a un estado meditativo donde es el propio tiempo el que va quedando suspendido y las fronteras del cuerpo diluyen.  

Lois Patiño

En el caso de Dan Graham su obra es un compendio de reflexiones sobre la percepción, el tiempo, nuestra manera de ser y de habitar en el mundo. Graham proyecta sus pabellones pensando en la relación entre estas  estructuras y un lugar específico. En clara conexión con los presupuestos de la arquitectura moderna, trabaja en la búsqueda de uniones entre la arquitectura y el paisaje exterior, y convierte al tiempo en elemento esencial de la obra. El juego de espejos que Graham propone al espectador,  nos plantea a su vez una reflexión sobre la imagen que tenemos de nosotros mismos. La arquitectura se convierte en lugar para la búsqueda de nuestra propia intuición personal como seres  humanos. Estas estructuras funcionan como espacios que alteran la percepción espacial de manera momentánea y sirven a distintos fines pudiéndose desarrollar en ellos distintas actividades. 

Liquid Ground es el proyecto de Enar de Dios Rodríguez en el que investiga la cartografía oceanográfica actual para narrar poéticamente el futuro inminente previsto por la ciencia, la política y la economía para una nueva parte del mundo “descubierta” en estos años: el fondo del mar. Aunque los océanos constituyen el 70% de la Tierra, menos del 20% del lecho marino ha sido mapeado. En los últimos años, ha habido un creciente interés en crear un mapa completo de todos los fondos oceánicos. La reciente cartografía del fondo marino coincide con el mapeo de sus recursos. Liquid Ground analiza cómo se está realizando este mapeo y plantea cómo pueden los medios artísticos participar (y  formar parte) de este conocimiento en proceso. 

Nacho Martín Silva va a presentar una gran instalación pictórica construida a modo de collage y en la que el pintor empleará estrategias de búsqueda y arqueología de la imagen para reflexionar sobre el paisaje de la modernidad que acompañó a los tiempos de la industrialización desde finales del S.XVIII en adelante. Esos paisajes se verán trastocados por los apuntes que  el artista ejecuta, creando disfunciones dentro del lienzo a través de la inclusión  de imágenes contemporáneas. La contaminación, el establecimiento en ciudades y el daño medioambiental, son sometidos a crítica a través de la mirada y participación en la obra de la hija  del artista y algunas de sus compañeras, quiénes a través de su pintura infantil, completarán este  collage mostrándonos cómo ven ellas la posibilidad de mejorar estos paisajes, envolviendo la obra con la promesa de otros futuros posibles para el medioambiente. 

Mireya Masó dialoga con la investigación científica desde la perspectiva artística.  Jubany y Marambio son dos obras que forman parte del trabajo que la artista ha  realizado durante el verano austral del 2006 en las bases argentinas gestionadas  por la Dirección Nacional del Antártico en colaboración con la ecóloga marina  Mercedes Masó. El resultado final muestra un conjunto de vídeos y fotografías  que nos confrontan a un paisaje natural apenas intervenido por el hombre. Para  Mireya Masó “la Antártida es la presencia visible del cambio donde el tiempo cronometrado se  materializa en un discurrir sin pausa de sol y niebla, de calma, de nevadas y pedregales despeja dos por el viento, de mareas, de avances y retrocesos de témpanos y escombros sobre la bahía.  Es un paisaje en movimiento en el que nada permanece más allá del instante. En la Antártida  cada segundo tiene el valor del presente. Aparece y desaparece antes de poder recordarlo”.

Glenda León trabaja para generar una reflexión dialéctica sobre la fragilidad y fuerza  de la naturaleza. Potencia una visión holística del Universo: todos los seres fuimos concebidos por la misma energía con que fue creado el Cosmos. La artista se inspira en el segundo axioma del Kybalión a partir de las enseñanzas de Hermes Trimegisto –“como es arriba es abajo”– para reflexionar sobre la naturaleza,  su fuerza y su presencia. La mariposa es un símbolo de empoderamiento de aquello que mal llamamos ‘débil’ pero que  simplemente es ‘frágil’; una fragilidad incrementada –en este caso–, por el impacto negativo de la explotación de los recursos naturales. Quizás no se valora en toda su magnitud la importancia  de la existencia de las mariposas en elementos vitales. Glenda León nos presenta su visión de la vida como un camino de crecimiento espiritual y el papel que el arte puede tener en este proceso. 

Eva Lootz

Rama 3 es una obra de Eva Lootz perteneciente a la serie Ramas grandes, la artista alude a la forma en  la que los ríos desembocan en el mar, a sus ramificaciones de agua y a los  paisajes de los deltas. La obra entronca con el grupo de piezas vinculadas a la  naturaleza y a elementos indispensables para la vida como el agua y la sal. La  forma en “Y” de esta rama marmórea nos habla de cómo en ocasiones una leve  bifurcación nos lleva a nuevos caminos insospechados. El interés de Eva Lootz por el agua viene marcado por su visión de la naturaleza y el paisaje, pero también por la idea de  los cursos de agua como espacios de tránsito y movimiento, cómo lugares de organización de la  economía humana, alrededor de los cuales la arquitectura emerge para dar lugar a espacios de  habitación y ocupación del territorio y como no, a la civilización, a través de la continua mutación  de sus márgenes y estructuras. Su poética mantiene una relación clara con los problemas deriva dos de nuestra ocupación en el medio y nuestras maneras de vivir.

Buraco de Ding Musa, muestra un inmaculado cielo azul, simplemente interrumpido por el vuelo en espiral de unos buitres que, volando en círculos sobre un punto  fijo, marcan un recorrido concreto sobre la tierra. Buraco en brasileño significa  agujero ya que los protagonistas no son los buitres, sino aquello que ni siquiera  aparece en la imagen. En el momento en que fueron tomadas las fotografías y  grabado el vídeo, estos buitres se encontraban sobrevolando, en Río de Janeiro, una pirámide de setenta y cinco metros de altura de escombros y basura, alrededor de la cual  se instalaba un complejo sistema de seres humanos que vivían en torno a los desperdicios. Un  espectáculo que resume las incongruencias de la vida en las grandes ciudades en países como  Brasil donde los contrastes entre opulencia y pobreza forman parte del paisaje y la idiosincrasia  de la urbe. Conceptos como “representación” o “punto de vista” aparecen como centrales dentro  de su obra. En sus propias palabras se trata de “discutir sobre la relación entre la imagen final y  el lugar donde se toman las fotografías, y de tratar de estresar la relación hasta cierto punto en el  que sea imposible reconocer el lugar.” 

En el caso de Rosell Meseguer, el Proyecto Tierras Raras expande la lectura geopolítica del tema y las problemáticas derivadas de la misma – tecnología, economía y sociedad- a partir de una publicación, una instalación del proceso investigativo, un políptico pictórico y diversas colecciones formadas por libros de artista. Las tierras raras o lantánidos, han sido extraídas desde finales del siglo XIX. China es país clave en la producción de las mismas, y su control férreo ha generado profundos desacuerdos y conflictos  a nivel mundial. 

Como diálogo entre las relaciones de la economía de un país con su industria, poniendo en relieve pasados y presentes – de ahí que la proyección se haga en un díptico-; SLHS Tamarugal  simboliza la capacidad de la industria, y en específico la minería, para cambiar las políticas, la  sociedad, la economía y el paisaje de un país. 

La artista parte de su propia experiencia, la bajada a una mina con siete años -Cartagena, España- como hilo conductor de la historia minera en el sur de la Península Ibérica, una industria del  pasado reciente con escasa perspectiva de futuro frente a un presente y su alta proyección en el  futuro de la minería de Chile, Bolivia y Perú. 

Lugar: Centro de Cultura Contemporánea Condeduque
Fechas: Del 26 de abril al 17 de julio de 2022

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