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Sergio de Luz

Written by: Exposiciones Fotografía Galerías de arte Madrid

LIFE SENTENCE. Sergio de Luz

En el film de 2013 “Dallas Buyers Club”, Jean Marc Vallée recuperaba una historia real ocurrida en 1985 en Estados Unidos. En ella ponía sobre la mesa la ambigua y en ocasiones perversa función de la industria farmacéutica y el poder político para con la sociedad. A modo de panorámica biográfica, trazaba las frágiles líneas de fractura que separan “lo legal” de “lo ilegal”, en lo referente a lo farmacológico y sus adyacentes; el tráfico y la industria; la adicción y la pauta médica. Es significativo que en inglés el campo semántico del término Drug abarque tanto el significado de droga como el de medicina.

Sergio de Luz (tumbada sobre dolor)

El último informe elaborado por la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles en 2020, a través del Observatorio del Medicamento, recoge los datos de los diez medicamentos más vendidos en España. A la cabeza, figura Nolotil seguido de un grupo extenso de analgésicos y antiinflamatorios, cierran la lista Orfidal y Lexatín, utilizados para tratar la ansiedad y el síndrome de abstinencia.

Tras un grave accidente, del cual afortunadamente pudo salvar la vida, Sergio de Luz quedó “sentenciado” a sus secuelas. Como cantaban los goliardos, el azar parece siempre dirigir nuestra existencia. Afectado por un intenso, cadente e incapacitante dolor neuronal, De Luz debe vivir encadenado a un medicamento paliativo, el Rivotril, cuyo principio activo es el clonacepam, perteneciente a las benzodiacepinas que actúa sobre el sistema nervioso central. El medicamento se comercializa en unos pequeños frasquitos contenedores de bienestar artificial, que han establecido un vínculo permanente, casi biónico, con el fotógrafo. Life Sentence constituye un viaje intimo y personal, que parte de la autobiografía, lo particular, para reflexionar sobre las heridas propias, externas e internas, y se proyecta sobre la globalidad desde una mirada política a la vez que espiritual.

¿Cómo es vivir en la dependencia?, ¿qué relaciones establece el individuo con la sustancia-objeto?, ¿qué poder otorga esta a las grandes corporaciones farmacéuticas?, la química llega donde no puede llegar ni la medicina, ni la política (al alma y a las vísceras) incapaces de proporcionar soluciones permanentes, y extensivamente; ¿qué implicaciones tiene padecer una enfermedad en el mundo desarrollado o en un país desfavorecido o en vías de desarrollo? Todas estas cuestiones son el eje de reflexión del proyecto.

Sergio de Luz (norte y sur)

Life Sentence, se estructura a partir de una componente procesual. De Luz ha ido meticulosamente limpiando, desetiquetando y recolectando cada uno de los viales una vez consumidos a lo largo de diez años, en un ejercicio obsesivo y casi compulsivo de presencia y memoria para tratar de exorcizar las derivas de lo infinito o de al menos, lo ligado a la finitud de la vida. En cada pieza, el envase omnipresente adquiere connotaciones seriales, casi minimalistas, cuya disposición milimétrica refiere en su cadencia, de carácter musical, rítmico, a la temporalidad. Partituras dolientes como un Stabat Mater medieval, en el que cada recipiente-cáliz, recoge el sufrimiento del Vir Dolorum custodiado por una Virgen María racializada. Anna Adell, referenciando el texto de Susan Sontag, El artista como sufridor ejemplar, vincula la figura del artista con la del mártir “Descubre el uso del sufrimiento en la economía del arte como los santos descubrieron la utilidad del sufrimiento en la economía de la salvación”. Su dolor se convierte en un dolor vicario, en el dolor de todos.

Suger de Saint-Denis en el SXII, a través de las enseñanzas del Pseudo Dionisio Areopagita 4 , fue el primero en estructurar, en proporcionar un corpus teórico-estético a las experiencias místicas de la luz. Esta noción, presente en la tradición indo-oriental, por la cual la luz se asimila directamente con la divinidad, alude y simboliza la transcendencia, la perfección mística, la santidad. Por primera vez, la luz se torna un elemento estético, discursivo y evocador, capaz de transmitir un mensaje.

Sergio de Luz (Mano izquierda)

Mediante su puesta en práctica, señala como la luz posibilita la plasmación de la belleza mítica, desde el territorio de lo sensible. La luz que penetra por las aberturas del templo permite arrancar al espectador de lo cotidiano y elevarlo por encima de sí mismo, lo invita a entrar en un estadio metafísico superior, coloca al ser humano en la senda de lo divino. Desde un punto de vista plástico-estético, el fotógrafo, fiel a su trayectoria, decide trabajar con iluminación natural confrontando así la composición exhaustiva del plano, casi teatral, vaciado de elementos contextuales, con ese vector inestable, caprichoso, aleatorio y casi siempre difícil de aprehender como es la luz.

Tal y como apuntábamos al inicio, el dolor, en sus diferentes manifestaciones, es una cuestión universal y su paliación, un negocio global. “La sociedad paliativa coincide con la sociedad del rendimiento. El dolor se interpreta como síntoma de debilidad.

Es algo que hay que ocultar optimizándolo. Es incompatible con el rendimiento. La pasividad del sufrimiento no tiene cabida en la sociedad activa dominada por las capacidades. Hoy se priva al dolor de toda posibilidad de expresión. Está condenado a enmudecer. Quien controle el dolor controlará el mundo. Las empresas farmacéuticas, participadas de los grandes grupos de poder económico, disfrazados tras la máxima “nuestra labor es ayudar a la humanidad”, explotan la investigación y el saber científico y su carácter altruista en capital descarnado, reclamando agradecimiento. La sociedad paliativa despolitiza el dolor sometiéndolo a tratamiento medicinal y privatizándolo.

Sergio de Luz (Mano izquierda)

Réquiem por un sueño (2000), el largometraje de Darren Aronofsy con guión del propio Hubert Selby Jr, autor de la novela homónima de 1978, profetizaba sobre el devenir de una sociedad alienada en la que las líneas entre el narcotráfico y la farmacología se difuminan. La adicción a las drogas recreativas/ilegales de sus protagonistas, Harry y Marión, y su carga moral se enfrentan a la anfetamínica y legal dependencia de la madre del primero, la señora Goldfarb, como método de adelgazamiento. El dolor, como experiencia sensorial y emocional tiene la capacidad de invadir, en función de su etiología y su intensidad, cualquier proceso cognitivo haciendo que toda nuestra atención se desplace hacia ese foco, la anestesia pasa por la inevitabilidad de la adicción y no existe una mejor herramienta de sometimiento, disciplina y poder, en cualquier ámbito, que la dependencia y su control.

Las piezas del proyecto seleccionadas para la exposición trazan una narración fractal sobre los vínculos que se establecen emocionalmente con uno mismo y con los otros, cómo se manifiestan las marcas y heridas, qué rastros proyectan y cómo los vemos los demás. Desde una voluntad relacional, a la manera de Félix González Torres, el artista invita al espectador a participar de su dolor no solo con la mirada, sino también invitando a apropiarse de uno de los recipientes a modo de exvoto.

De este modo, el trabajo de Sergio de Luz actúa como una suerte de Mirror Box, utilizando la terminología del neurólogo Vilayanus S. Ramachandran, en la que podemos contemplar y recobrar nuestros segmentos perdidos, nuestras ausencias y nuestro sufrimiento, individual, pero también colectivo, para curarlo.

Ricardo Recuero


Sergio de Luz. Life Sentence
Fechas
: Del 31 de mayo al 26 de junio de 2023
Lugar: Galería Modus Operandi, Madrid

Etiquetas: , , Last modified: 8 septiembre, 2023