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Anna Malagrida. Opacitas. Velar la transparencia en Museu Tapies. Foto Pep Herrero.

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Anna Malagrida. Opacitas. Velar la transparencia

Anna Malagrida (Barcelona, 1970) trabaja a través de la fotografía entre lo público y lo privado, a partir de un juego de perspectivas y visiones que rehúye la imagen realista para introducirnos en un juego de imaginarios colectivos. La idea de ciudad y su significación como agente social están presentes en sus fotografías, que funcionan como vestigios arqueológicos de las crisis sociales de la ciudad contemporánea.

Anna Malagrida. Opacitas. Velar la transparencia en Museu Tapies. Foto Pep Herrero.

La exposición Opacitas. Velar la transparencia, comisariada por Patricia Sorroche, jefa de exposiciones del Museu Tàpies, nos propone un recorrido por la obra de Anna Malagrida a través de una producción que explora la fotografía, el vídeo y la instalación. Fijándose en los espacios liminares que unen y separan, su mirada pone en diálogo a los contrarios.

Malagrida nos sitúa mayoritariamente en la ciudad y en algunos espacios naturales construidos. A través de un juego de perspectivas desde el interior hacia el exterior y viceversa, sus fotografías y videoinstalaciones se convierten en ventanas que revelan y ocultan las tensiones que atraviesan la sociedad. Su mirada rehúye una interpretación unívoca de la imagen, a fin de habitar ciertos espacios que sus obras nos invitan a descubrir.

Sus imágenes fijan las huellas y los rastros, signos que remiten a momentos anteriores, tensiones sociales o simples gestos anónimos. La ambigüedad visual en su obra se manifiesta a través de la textura de sus fotografías y vídeos, que evocan referencias pictóricas y disuelven los límites entre apariencia y realidad. Ocurre, por ejemplo, en las imágenes de escaparates clausurados con el característico Blanco de España, un velo opaco que impide ver el interior y transforma estos espacios en superficies abstractas, similares a grandes lienzos pictóricos. Las acciones poéticas operan en sus obras con una multiplicidad de significados: el gesto del pintor es también el del cuerpo que trabaja, y la ciudad y el paisaje se desvelan desde el interior. Estos gestos son borrados, limpiados o simplemente fijados por el paso del tiempo, cíclico y mutable.

Su trabajo, que trasciende la fotografía y la pintura, sumerge al espectador en una experiencia visual de significados múltiples e invita a mirar la ciudad y el entorno natural desde una nueva perspectiva, que evidencia los vestigios de un paisaje afectado por cambios sociales y económicos. La práctica de Malagrida es un espacio de reflexión sobre la vulnerabilidad, la resistencia y la posibilidad de reconstrucción, tanto del individuo como del entorno que habita.

La exposición Opacitas. Velar la transparencia permite al visitante ahondar e investigar la trayectoria de Anna Malagrida a través de una selección de sus obras. El recorrido por la muestra empieza con la obra Vitrines (Escaparates, 2008-2009), en la que la artista fotografía escaparates de los negocios de las calles de París que tuvieron que cerrar sus puertas a raíz de la crisis económica y ocultaron sus interiores aplicando pintura blanca sobre sus cristales. El ejercicio a través de los escaparates también está presente en Le laveur du carreau (El limpiador de cristales, 2010), una pieza audiovisual que permite observar cómo un operario enjabona y limpia los cristales, en un juego visual entre opacidad y transparencia que nos sitúa, asimismo, en zonas intermedias.

Anna Malagrida. Opacitas. Velar la transparencia en Museu Tapies. Foto Pep Herrero.

En Danza de mujer (2017), filmada al desierto de Jordania, «Malagrida cuestiona y pone en crisis, a través de la danza del velo, las políticas sociales con relación a ciertos grupos específicos, y cómo las visiones cerradas proponen formas de ver el mundo que dejan fuera una parte de él», en palabras de la comisaria Patricia Sorroche. Por último, Point de vue (2006), realizada en el conjunto arquitectónico que acogió el turístico Club Med inaugurado en 1962 en el espacio natural protegido del Cap de Creus, presenta el rastro de los sistemas económicos que desafiaron la sostenibilidad.

Sorroche concluye que «operar desde los contrarios, desde la descategorización de las formas de representación tradicional y el solapamiento de diferentes lenguajes, hace que la obra de Anna Malagrida se mueva entre texturas, entre lugares de lo visible y lo invisible, para sumergirnos en un diálogo desde los contrarios».

Y continúa: «Su trabajo multiplica nuestras miradas, nuestras formas de ver el mundo, para volverlo más poroso, a la vez que posibilita otras formas de entenderlo, transmutarlo y traspasarlo. La suya es una obra que nos obliga a enfrentarnos a nuestra condición social y política del ser, pero desde un espacio poético, liminar, donde la contradicción es símbolo de las dualidades de la condición humana en un mundo posmoderno. Un espacio donde encontrarnos para entendernos en posibles sociedades de lo común, desde un lugar colectivo y comunitario.»

El proyecto Anna Malagrida. Opacitas. Velar la transparencia se completa con un programa de mano con textos de la comisaria y de Marta Gili, crítica de arte, y con una entrevista a la artista.

Fechas: Hasta el 28 de septiembre de 2025
Lugar: Museu Tàpies, Barcelona

Etiquetas: , Last modified: 7 mayo, 2025