Ayer se inauguró, en la Sala San Benito de Valladolid, la exposición «André Kertész, el doble de una vida«, una retrospectiva a través de la vida y obra de Kertész a través de 189 fotografías (163 en blanco y negro y 26 en color).
La exposición está dividida en cuatro partes: la primera dedicada a los inicios de Kertész en Hungría (1912-1925), la segunda destinada a los años de éxito que pasó en Francia, incluyendo las famosas ‘Distorsiones’ (1925-1936), a continuación nos trasladamos a sus años de aislamiento en Nueva York (1936-1962) y terminamos con una sección dedicada al reconocimiento internacional, las primeras fotos en color y su fallecimiento (1962-1985).
Considerado un maestro por numerosos fotógrafos, incluyendo a Henri Cartier-Bresson, André Kertész es una de las mayores figuras de la historia de la fotografía, a pesar que su obra se resiste y elude tanto los análisis como los comentarios. Ningún observador ha logrado una mirada tan cándida y ninguna otra obra fotográfica ha conseguido plasmar sentimientos tan claros como los transmitidos por sus fotos.
Autodidacta, Kertész siempre se mantuvo fiel a su principio motor: «Hago lo que siento». Aunque flirteó con diversos movimientos, como el surrealismo, el constructivismo y el humanismo (en realidad, adelantándose a menudo a sus promotores), su compromiso fotográfico no puede encasillarse en ningún proyecto puramente estético, social o ético. Kertész siempre situó su punto de vista por encima de cualquier otra cosa y nunca estuvo dispuesto a sacrificarlo, ni por satisfacer a un cliente, como tampoco por seguir los dictámenes de la moda. Discreto, pero lúcido, su visión resulta definitivamente natural.
La exposición está organizada por diChroma photography y ha sido producida por el Jeu de Paume de París, con la colaboración de la Mediathèque de l’Architecture et du Patrimoine.
Artista: André Kertész
Fechas: Del 22 de enero al 15 de marzo de 2015
Lugar: Sala San Benito, Valladolid