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Entrevista a Alejandro Mañas García

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Alejandro Mañas (Castellón, 1985). Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández de Elche (2008). Máster en producción artística (2012) y Doctor en Bellas Artes (2017) por la Universidad Politécnica de Valencia. Técnico Superior en Integración Social por el IES Ribalta de Castellón (2017). Artista visual. Investigador. Docente. Su práctica artística gira en torno a la memoria histórica, a la mística y a la espiritualidad. Por ello su obra plantea la creación de espacios para el cultivo de la interioridad y la búsqueda de conocimiento en la sociedad actual.

Retrato de Alejandro Mañas García. Cortesía del artista.

PAC – Te proyectas desde Castellón, desde el barrio de Benadresa, situado a las afueras de la urbe, entre campos de naranjos. ¿Te hubiera gustado cambiar de lugar y hacerlo desde allí?

Alejandro Mañas – He nacido en Castellón y he vivido siempre en una casa en un entorno rodeado de campos de naranjos. Y en este barrio sigo viviendo, donde tengo mi residencia. La calma y el paisaje han sido factores claves dentro de mi producción. Un ambiente que a pesar de estar muy cerca de la ciudad, me encuentro muy tranquilo, como si de un pueblo se tratara, que nada tiene que ver con la ciudad.

Tengo la oportunidad de vivir en un entorno privilegiado dentro del término de Castellón, a pesar de las limitaciones, como no tener una buena conectividad a internet. Me considero estar dentro más de lo rural que de la ciudad, y es un aspecto que me gusta vivir. Incluso la galería con la que trabajo Espai Nivi Collblanc se encuentra en un entorno rural (Culla), lo que le hace muy especial, tanto por su ubicación, paisaje, que la convierte en un espacio mágico y mi segunda casa. Un espacio al que acudo en ocasiones para trabajar.

Alejandro Mañas García. Éxtasis místico II, 2014. Cortesía del artista.

PAC – ¿Crees que tu trayectoria habría sido la misma?

Alejandro Mañas – He estado viviendo en Roma, por ejemplo, donde la actividad cultural es muy amplia, al igual que el año que viví en Bilbao, a través de una beca, donde estas ciudades no se pueden comparar a mi ciudad actual. Pues las infraestructuras culturales que tienen las ciudades nombradas no las tiene Castellón. Si hubiese decidido vivir en una ciudad más grande, estoy seguro de que mi trayectoria no hubiese sido la misma.

Hoy, gracias a las nuevas tecnologías y al transporte, desde mi ubicación no hay ningún impedimento para poder acceder a cualquier lugar.

Castellón es una ciudad pequeña, que no tiene la amplia oferta que pueda tener ciudades grandes. Me refiero al arte contemporáneo. Los espacios se pueden contar con la mano, y unos de los factores importantes para los creadores es visitar exposiciones. En muchos casos me desplazo a Valencia, Barcelona o Madrid. Esto es un problema muy grande, pues tenemos que aprender que la cultura no tiene que estar centralizada, tenemos que ser conscientes de este hándicap.

Pues la verdad que en mi ciudad me siento muy solo, se hace difícil vivir del arte, pues no tenemos infraestructuras ni apoyo. Pero sí que contamos con una entidad, como la Fundació Caixa Castelló que, a través de sus nuevas líneas de compromiso social con los creadores jóvenes, está haciendo una labor por ayudarnos a visibilizarnos. Desde el año pasado y en consecuencia del COVID, el Ayuntamiento de Castellón ha empezado la adquisición de obra contemporánea. Es una iniciativa genial. Pero junto a esta, tendría que tener un compromiso social más fuerte hacia las artes plásticas, en especial con el arte contemporáneo, a través de una línea de trabajo tanto de divulgación, visibilización y estudio. Somos muchos creadores los que tenemos que poner nuestra mirada y profesión fuera de nuestra ciudad. Esta profesión es todo un reto.

Por otro lado, también estoy muy contento de estar trabajando como profesor de escultura en la Universidad Politécnica de Valencia, lo que me permite trasladar mi emoción por el arte a l@s alumn@s y estar en contacto con la investigación y el mundo cultural de Valencia.

Alejandro Mañas García. Silenciadas, 2020. Cortesía del artista.

PAC – ¿Qué te impulsa a dedicarte a la práctica artística?

Alejandro Mañas – Desde muy joven, siempre me ha interesado el arte. Ya con dieciséis años, esa curiosidad me llevó a Ávila a realizar cursos sobre técnica de labra de piedra, restauración… He llevado siempre ese impulso dentro. Soy una persona muy emocional e inquieta, que poco a poco he sabido canalizar mis emociones impulsivas, pues empecé mi producción a través del informalismo, donde Saura y Millares fueron un referente que conocí, de bien joven, gracias a los viajes que hacia con mis padres y conocí la Fundación Antonio Pérez. Aquel museo me fascinó. Empecé con una segunda producción donde el color negro invadía todo aquello que creaba, hasta que, en la actualidad, toda esta producción que, gracias al Master en Producción artística, la tesis doctoral y el tema del que trato tanto el social como la espiritualidad, han convertido mi producción en un lenguaje casi minimalista y en muchos casos en instalaciones.

Alejandro Mañas García. Resistencia, 2017. Cortesía del artista.

PAC – ¿Qué ansiabas?

Alejandro Mañas – Desde joven tenia claro que el arte podía transformas a la gente o por lo menos concienciarla, que aquello que veía, no era pura estética, era una forma de vivir, era un grito, era un espejo de una sociedad. Veía también lejano aquellos cuadros colgados en los museos, donde siempre pensaba ¿Algún día estaré allí? Poco a poco he visto como este sueño se hacia realidad, donde aquellas salas imposibles y lejanas, se exponían mis obras, y los mismo con otros autores, donde he visto mis obras expuestas junto a Carmen Calvo, Ángeles Marco, Ramón de Soto, Ignacio Pinazo… Incluso viajar hasta Eslovaquia, Panamá, Colombia… Pero a pesar de los sueños que uno tiene, he ido viendo como mis obras han movido sentimientos profundos, y otras de carácter social han sido piezas claves que han ayudado a concienciar a la gente, a pensar y reflexionar.

PAC – ¿Lo encontraste?

Alejandro Mañas – Poco a poco -pues es una profesión dura–, he visto como aquello que buscaba se hacia realidad. Después de muchos años creando, todo va teniendo recompensa, como me han ido llamando comisarios para invitarme a exposiciones, y sobre todo como gracias al trabajo de todos se ha ido profesionalizando el sector.

Alejandro Mañas García. Homenaje a Malevich, 2020. Cortesía del artista.

PAC – ¿Qué crees que puede mejorarse en el Sistema del arte?

Alejandro Mañas – Por supuesto que se puede mejorar el sistema del arte. No hay nada más que cada uno aporte su grano de arena con el ejemplo. Desde que uno es consciente de lo que hace, y a lo que se dedica –somos una profesión–, dar freno a las malas prácticas, y como tal uno pide remuneración por su trabajo. No podemos llenar salas ni agendas culturales a coste cero. Yo pago la hipoteca de mi casa, la luz, el agua, los impuestos…

Alejandro Mañas García. Serie Contemplatio, 2020. Cortesía del artista.

PAC – ¿Qué deberíamos aportar y eliminar al Sistema?

Alejandro Mañas – Tenemos que ser conscientes que somos una profesión más. Que vivir del arte es muy duro, es un trabajo de veinticuatro horas. Es una carrera de fondo, y que la experiencia va sumando en tu trayectoria. Que el artista estudia, investiga, experimenta… El sistema tiene que ser consciente de todos estos factores. El estado tiene que seguir trabajando para poder estabilizar y no dejar en el limbo a esta profesión. Recordemos que la Constitución y los Estatutos de Autonomía establecen el derecho universal de todos los ciudadanos a la cultura, y por tanto tiene que empezar por la base, regular nuestra situación. En muchos casos para poder acceder a una subvención, beca, etc., se nos pide demostrar unas obligaciones legales actuales que no tienen en cuenta la realidad social y económica del artista. Pues es una profesión que los recursos económicos que entran no son estables.

Alejandro Mañas García. La España negra de 1938, 2019. Cortesía del artista.

PAC – Asociacionismo profesional ¿qué opinas?

Alejandro Mañas – Soy socio de la asociación de Artistas Visuales de Valencia, Alicante y Castellón [AVVAC], y he visto en los últimos años, poco a poco, cómo vamos denunciado las situaciones precarias del artista visual, de cómo se van denunciado las malas prácticas. El asociacionismo profesional es fundamental para que todos podamos regularizar y denunciar aquello incorrecto y que nos perjudique. Así como ocurre con muchas de las asociaciones valencianas como la de críticos, donde tenemos que ir todos de la mano para poder cambiar y regularizar nuestra profesión.

Alejandro Mañas García. Conexiones II, 2020. Cortesía del artista.

PAC – Háblanos un poco de tu trayectoria.

Alejandro Mañas – Más o menos ya he introducido como fue ese camino lleno de ilusión, hasta que finalmente decides que esta es tu profesión. He tenido que invertir mucho, correr muchos kilómetros. Pero estoy orgulloso de ese camino que he realizado, donde nadie me ha dado nada, y del apoyo que he tenido. Uno de los apoyos más fuertes ha sido mi galerista Mariano Poyatos, que me ayuda en todo aquello que necesito y siempre está dispuesto a echarte una mano. Creo que eso no se tiene en muchos lugares.

Actualmente tengo varios proyectos que este mes se inaugurarán, uno de ellos en Eslovaquia. También estoy muy agradecido al Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana, por la adquisición de la pieza Sonidos a la libertad que se expuso en el Espai d’Art Contemporani de Castelló [EACC], y que viajará a Alicante y Valencia. Creo que es un buen reconocimiento y apoyo como creador.

Alejandro Mañas García. Conexiones, 2020. Cortesía del artista.

PAC – Defínete mediante hashtags o etiquetas.

Alejandro Mañas – #humanidad #amor #trabajador #persistente #silencioso #investigador #comprometido #trabajoenvalores #minimalista #barroco #retos

Alejandro Mañas García. Mi última noche, 2016. Cortesía del artista.

PAC – ¿Cuáles son los temas de tu trabajo artístico?

Alejandro Mañas – Desde un principio trabajé con la figuración, que fue mi primera exposición a los dieciocho años. Desde aquel día decidí que no trabajaría a la manera clásica. Aquella muestra me hizo reflexionar. Desde entonces trabajé con el informalismo y la abstracción, pues me interesaba mucho el inconsciente. Hasta que poco a poco me llevo hacia terrenos que me llevaron a especializarme en arte y mística, donde actualmente mi trabajo esta lleno de espiritualidad. Este campo me ha permitido estudiar el barroco y llevarlo hacia el minimalismo, buscando espacios para el cultivo de la interioridad. La noche, el silencio, el diálogo, la nada, el cosmos o la contemplación son temas recurrentes en mi obra, la que también en la actualidad me ha ido llevando hacia una tendencia feminista, donde visibilizo a mujeres de nuestro pasado sobre la temática que han sido olvidadas, lo que se pudo ver en la exposición Poderoses en la Capella de l’Antic Asil de Alcoy, comisariada por Irene Ballester Buigues. También he escrito varios artículos junto con Natividad Navalón sobre estas cuestiones en la revista Barcelona Recerca Art i Creació [BRAC] de la Universidad de Barcelona, rescatando la figura de Santa Teresa de Jesús y otro con Hildegar von Bingen.

También tengo una línea abierta sobre la memoria histórica, un proyecto del que he ido trabajando e investigando desde el año 2015, y que en el 2019 se expuso en el Centre de Cultura Contemporània d’El Carme.

Alejandro Mañas García. La historia…I, 2020. Cortesía del artista.

PAC – ¿Algún proyecto, pendiente, que te gustaría realizar?

Alejandro Mañas – Muchos, en algunos de ellos ya estoy trabajando, este camino ha empezado, soy muy joven. Espero que poco a poco surjan proyectos, y que la compra y reconocimiento de la Generalitat Valenciana visibilice mi trabajo, que seguro que será una plataforma para que surjan nuevos proyectos.

PAC – Un deseo.

Alejandro Mañas – Vivir de mi profesión.

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MORFOLOGÍA DE UNA NARRACIÓN

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MORFOLOGÍA DE UNA NARRACIÓN es un proyecto intervencionista del artista Fausto Amundarain (Caracas, 1992) y del comisario Jordi Pallarès (Tarragona, 1967) en el particular espacio de TACA, ubicado en el casco antiguo de Palma (Mallorca, España).

MORFOLOGÍA DE UNA NARRACIÓN - FAUSTO TACA

Se trata de un despiece espacial, la deconstrucción de un proceso de trabajo y el subrayado de unas maneras -las de Fausto Amundarain- que combinan la motricidad más fina con el ejercicio del bricoleur. También la visibilidad se sus referentes, su reescritura visual. Historias de ficción generacional que actualiza desde la abstracción como proceso desde el que narrar ausencias y presencias.

FAUSTO TACA

Fausto vive en Madrid y Jordi en Palma pero empiezan a colaborar indirectamente a través del espacio de Cerquone Gallery de Madrid. En ese contexto surge MORFOLOGÍA DE UNA NARRACIÓN, una necesidad de revisar y ordenar los modos de hacer de este artista, sus referentes, y sus recursos constructivos para con el espacio.

MORFOLOGÍA DE UNA NARRACIÓN - FAUSTO TACA

Todo un metaproceso en diálogo constante entre comisario y artista en el que permitirse experimentar y poner en valor las capacidades narrativas de Fausto Amundarain y retarlas a invadir y determinar la experiencia del espectador como cuerpo que ocupa e interacciona.

Artista: Fausto Amundarain
Comisario: Jordi Pallarès
Fechas: Hasta el 15 de noviembre 2021
Lugar: Espacio de TACA, Palma de Mallorca

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Cristina Lucas. Visiones Contemporáneas. En DA2 Salamanca

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El vigésimo séptimo programa del ciclo Visiones Contemporáneas –últimas tendencias del cine y el vídeo en España- proyecto comisariado por Playtime Audiovisuales para el DA2 -Domus Artium 2002- está dedicado a la artista visual Cristina Lucas, quien en los últimos años se ha posicionado como una de las artistas más reconocidas del panorama internacional.

Europleasure International Ltd. TOUCH AND GO

Artista multidisciplinar, pues trabaja con vídeo, fotografía, performance, instalación, dibujo y pintura, otorga a sus obras una perspectiva de género, cuestionando el orden establecido y las estructuras de poder. Los distintos arquetipos familiares, lo considerado ético y moral y lo político entendido como un sistema que atraviesa los diversos modos de relación social, son las líneas temáticas sobre las que construye su trabajo.

Para este ciclo se ha puesto el foco en las obras en vídeo en las que trabaja en torno a la crítica a la institución y los mecanismos de poder y la resistencia. Esta será la primera vez que su trabajo se presente de forma individual en Salamanca.

Obras

Más Luz. Sonido. Color. Digital. 2003. 10’.

Con la majestuosidad arquitectónica de una iglesia del Siglo XIX acompañada de una música celestial, Cristina encamina sus pasos al interior del recinto y nos invita a compartir un conversatorio a modo de confesión con varios de los sacerdotes que ofician en dicho templo. Se pregunta sobre el papel de la Iglesia Católica dentro de la Institución Arte y de su propia condición como artista visual en relación al poder.

La conversación está repleta de preguntas con un marcado tono existencialista y sublime que son respondidas de forma algo más mundana por el confesor. Las dudas nos sitúan en el cuestionamiento sobre el papel del artista contemporáneo dentro de la iglesia, habiendo sido esta durante siglos mecenas para los artistas y en un momento actual postcapitalista en el que hemos cambiado como mecenas a los bancos y fundaciones privadas. Ahora son “otros” los interesados en el arte.  El distanciamiento entre ambos se traduce en el distanciamiento con la cámara y el sonido.

Rousseau y Sophie

Tú también puedes caminar. Sonido. Color. Digital. 2006. 9’.

Cristina Lucas parte de una cita de Virginia Wolf para hablarnos de memoria y perspectiva de género, líneas fundamentales en toda su práctica artística. El arranque del vídeo nos sitúa en el amanecer de un típico pueblo mediterráneo del Sur de España, donde el día va a empezar y nosotras seremos testigos, a la manera de una fábula de todo lo que allí pueda acontecer.

Rousseau & Sophie. Sonido. Color. Digital. 2009. 8’10’’.

En la línea de enfrentamiento hacia los postulados del patriarcado que inició con la pieza performativa “Habla” en 2008, Cristina Lucas realiza en “Rousseau y Sophie” una relectura hacia la obra Emilio, o De la educación”, tratado filosófico escrito por Jean-Jacques Rousseau, en 1762, sobre la naturaleza del hombre, desde el cual denostaba a la mujer y sus habilidades para el aprendizaje o para ejercer cualquier trabajo fuera de las tradicionales tareas domésticas. En este caso, la performance pasa a ser colectiva y son un grupo de mujeres de distintas edades las que literalmente martillean, golpean e insultan una estatua del reconocido filósofo situada en una plaza del centro de Madrid. El gran filósofo Rousseau, padre del modelo de la democracia moderna occidental, mantenía un subtexto machista en su literatura. El más relevante de sus textos y del cual Cristina toma el pasaje que escuchamos a través de una irónica voz en off masculina en el vídeo, fue el V libro del compendio donde presentaba a la mujer, Sophie, como un ser pasivo y débil, acompañante natural del hombre y supeditada a ser ama de casa, esposa y madre.

Artista: Cristina Lucas

Fechas: hasta el 30 de enero de 2022

Lugar: DA2, Salamanca

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Pintura confesional

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Uno de mis pintores fetiches de esta última generación del arte cubano es, sin duda alguna, Miguel Machado. Y la culpa de esta afirmación la tiene un conejo azul lapislázuli que literalmente me arrebató la respiración. Por frágiles que parezcan las emociones debemos, no obstante, cuidarlas, atender a sus urgencias y a sus reclamos. Ellas, aunque sospechosas y fatales casi todo el tiempo, justifican el júbilo y la derrota de todas nuestras apreciaciones y juicios de valor. Desde siempre he sido un crítico trágico, visceral y grandilocuente que no escatima esfuerzos frente a la voluntad de escribir y de decir todo lo que piensa. Las emociones y la intuición han sido mis grandes aliadas; si bien las primeras, en ocasiones, me han llevado al precipicio. A diferencia de esa escritura rancia y prescriptiva que retoza con el academicismo y se complace en la reproducción inconsciente de la propia violencia sistémica sobre la que pretende dictar sentencia, yo he preferido esa otra narrativa que se alimenta de lo que considero las circunstancias intrínsecas e irreductibles de la obra y del resguardo de la emoción que ellas provocan. Todas las escrituras, se quiera o no, redundan en un gesto confesional. Esa es la razón por la que escribo todos los días de mi vida. Escribo para no perder la conciencia y para mantener la voluntad crítica a salvo del escepticismo. Escribir es el único placer que me queda frente al desgaste de todo lo que hasta hoy he creído sólido y firme.

Miguel Machado. Conejo azul, 2018. Cortesía del artista.

Pero vuelvo, con premeditación y deseo, al conejo azul y a todo el repertorio de sus obras que insisten en recordarme aquello que soy detrás del espejo. La pintura de este joven (y sexy) artista cubano es poderosísima. Me fascina su paleta, su barroquismo deleitante, su vehemencia y su sinonimia eventual. Sus imágenes atraviesan la retina y estimulan los deseos de escribir, de pensar y de divagar sobre los misterios y extrañeza de su pintura y de la pintura en general. La obra de Machado me gusta, me seduce, me hiere, me inquieta, me provoca, me incita, me emociona. Se trata de un pintor de la sospecha y creo, sin temor a equivocarme, que es tan visceral y grandilocuente como yo; también, me temo, más sensible que yo. Su narrativa es pura fruición emocional, responde a una pasión y a una entrega envidiables. El encuentro entre ambas no tiene para él consecuencias funestas como ha tenido para otros que se han perdido en el paisaje del desastre que sigue al exceso del ego. Al contrario, en su caso, la humildad y la generosidad conservan en él una vitalidad que es la razón de su sonrisa y de su gracilidad.

Aquel soneto satírico de Quevedo en el que se puede leer “érase un hombre a una nariz pegado” me hace pensar en este artista como un cuerpo pegado, adherido a la obra. Su anatomía, solo hace falta verle, existe bajo el signo de una delgadez casi escandalosa. Tal vez por ello, y por la obsesión que revela frente al acto de pintar, es que le veo en cada una de sus piezas. Miguel atraviesa, con majestuoso escrúpulo y sin la insipidez de las eternidades platónicas, el umbral de cada uno de sus lienzos, se cruza en la trama de historias y de voces que él mismo gestiona en las superficies de sus lienzos enormes. Lo mejor de todo es su prolijidad y su inteligencia con relación al legado de la pintura. Aquí no sólo hay sabrosura y goce; hay, y mucho, una conciencia crítica del medio. Miguel estudia la pintura, escruta en sus capas, la siente, la ama. Cuando yo escribo no solo busco decir cosas o ser correcto en lo que digo. Me gusta, a diferencia de ello, ejercitar una conjugación erótica entre el pensamiento y las palabras. En este sentido, la corrección es la más aburrida de las opciones en tanto que estéril y escéptica. Esto pasa, exactamente, con la narrativa pictórica de este increíble artista. Él se mezcla, se cruza y se hunde en la materia como antes lo hicieron generaciones de artistas idolátricos que sin amar a Dios terminaron por ser ellos los dioses de la historia de la pintura accidental.

Miguel Machado. Los Unos (Batallando), 2015 (Díptico). Cortesía del artista.

Advierto en su obra mucho del gesto lúdico y licencioso que, con distancia crítica (e histórica) se señala en la obra de los grandes maestros. Tal vez no esté en condiciones de discernir apenas una mínima parte de las complejidades semióticas que rodean su producción simbólica. No creo siquiera que esto sea necesario del todo. Con demasiada frecuencia descubro los vicios de un tipo de crítica embarcada en la interpretación obscena de los abecedarios de la obra. Estas lecturas abarcadoras y exhaustivas, develan el signo equívoco de mucha de esas empresas hermenéuticas a las que le va la vida en el absoluto de la exégesis acabada. Ello sin desestimar, claro, que la pintura, más allá de su obviedad física y del hecho de pertenecer a una larga tradición de afirmaciones y de irreverencias, es pura tropología. La pintura no existe, o se hace difícil su existencia, sin la permanente amenaza de la metáfora y de todas aquellas figuras que aderezan su posibilidad de significación. La pintura, ahí está su densa historia para afirmar o refutar lo que escribo, se ha visto siempre expuesta a lo indecible. Sin embargo, la escritura ha hallado siempre el modo de hablar de ella y muchas veces en su nombre. La escritura ha conseguido amasar la materia pictórica para convertirla en retórica. Lo que hace posible esta misma digresión mía sobre el universo de Miguel.

Erotismo refinado, mestizaje enfático, fetichismo intersticial, verbalización de sintagmas ocultos, regodeo en lo icónico, saturación del placer, ubicuidad del lenguaje y una pasión desbordada, son algunas de las sugerencias y regularidades que descubro en su pintura y que se presentan como credenciales de un modo de hacer. Y cuando refiero esto último soy plenamente consciente de que Miguel, para lo joven que es, está generando una suerte de movimiento epigonal. Seguramente corra el riesgo de equivocarme en esta afirmación, pero lo cierto es que, desde la distancia, alcanzo a advertir que, así como muchos pintan como Tomás Sánchez reproduciendo la gramática de un paisaje que es el colmo del aburrimiento y otros pintan como Michel Pérez (Pollo) en lo que parece una sistematización de la ideología del émulo; otros pocos lo hacen como Miguel. Sospecho ese afán reproductor no como un plagio descarado, sino como una especie de admiración generacional. Es extraña esta sensación que me llega como arriesgado es el acto de escribirla, pero como dije antes, son la intuición y la emoción dos fuegos en los que aprecio arder. Los inquisidores y los policías de mi escritura, tan gustosos del arribismo miope, tendrán aquí materia suficiente para hacer de las suyas.

Miguel Machado. Jardinero zorro, 2013. Cortesía del artista.

No me sorprendió que su exposición personal en la galería alemana Bode Projects se hiciera llamar “Yo soy”. En una era cultural absolutamente narcisista y de aberración yoica en la que el selfi se ha traducido en virus, ocurre que, paradójicamente, hablar de uno mismo merece todas las sanciones y todo tipo de escarnios. Sin embargo, hay que ser muy valiente para hablar de sí mismo, para desnudarse de verdad, para abrirse en canal y hablar de aquello que la norma social esgrime como una desviación del protocolo. La falsa humildad me ha resultado siempre patológica y vergonzosa, así como la ridícula voluntad de pertenecer a una comunidad que te acepte y que te aplauda. Cuando tocas fondo en la vida, cuando incluso respirar se te hace tortuoso, terminas comprendiendo que tales cosas no existen, que son puro espejismo y convención. En el inefable encuentro con nuestra verdad solo existe una compañía posible: soledad y sombra. Tal vez por ello, y atendiendo a que soy enfermizamente egocéntrico, no pudo parecerme más oportuno ese enunciado suyo que, para colmo, iba precedido de un desnudo real del artista llevado luego a la pintura.

Su desnudo, lo confieso, erotizó cada poro de mi piel, sabiendo que esa experiencia no es ni remotamente determinante ni condicionante de nada. Tengo claro que en mis estados de lasitud y de abandono, busco refugio en cualquier adicción. La belleza, el arte y el vino son para mí las más letales de todas, con independencia de otras drogas. Para Miguel es la pintura.  Él tiene la facultad de venirse aparecido en la doblez de cada superficie, dejando caer la pincelada imprevisible y decisiva. Todo esto no es sino una absolución especulativa que busca, si acaso, cierta aproximación a lo que sin estar del todo seguro creo que puede ser su pintura. Su intensidad desemboca en un más allá y en un más acá que ignora lo lineal y lo previsible. Al final uno descubre que este artista domina el arte del ajiaco y de la caldosa.

Miguel Machado. Después de la fiesta día III, 2019. Cortesía del artista.

Su pintura es una celebración y un homenaje que pasa por recordar las derivas de la pintura histórica, la promiscuidad de la cultura pop, la sintomatología de lo cotidiano y el agotado (pero siempre útil) psicoanálisis. Estupor y libertad son términos afines a ella. No es posible pensar su obra sin cierta perplejidad y arrojo. Ninguna apreciación auténtica puede prescindir de la fascinación y de los subterfugios de la existencia. Somos aquello que odiamos y amamos. De modo que toda interpretación es una proyección de nuestro yo: un exceso de orgullo que habla de precariedad elegíaca; también de amor. La obra de Miguel es épica, es su manera de enfrentarse al arte sin tener que ejercer de traductor y de intérprete de nada. Pintar, para él, es una forma intempestiva de habitar el mundo. Lo que se entiende por arribo a la felicidad, a intervalos presumibles de esta, es otra forma de espejismo que consume a los seres ordinarios en el cumplimiento de lo establecido. Los extraordinarios, Miguel lo es, saben que nunca se arriba a felicidad alguna como que tampoco llegar es sinónimo de éxito y de realización. El éxito es algo de lo que la mayoría cree disfrutar sin ser conscientes de que no existe satisfacción más sublime que la consumación expedita de la virtud. Miguel es un virtuoso. Lo es, además, sin alardes. Me sorprende incluso su descarnada humildad. Es como si no estuviera al tanto de su grandeza y de la plenitud de sus facultades.

Hace tan solo dos días escribí un texto generoso en metáforas sobre la obra del Enrique Martínez Celaya, artista de origen cubano residente en Los Ángeles. Jamás pude imaginar que detrás de una obra tan hermosa y de su indiscutible atractivo físico, se escondía un arrogante de manual, un narcisista de rigor y un estafador de tomo y lomo. La soberbia de este artista, envestido de ardides y de poses estudiadas, contrasta con la serenidad y la naturalidad de Miguel. La negligencia y descaro del primero, se traduce en responsabilidad en el segundo. Mientras que Celaya escribe “Andrés, si vez mi bibliografía (la Z es suya), te darás cuenta que no estoy en necesidad de “un escrito”; Miguel manifiesta agradecimiento frente a la escritura. Mientras que el primero revela ansiedad de tono adolescente por recibir un texto que no tributa; el segundo pretexta paciencia y altura. El primero es un cínico adoctrinado del destino que le tocó; el segundo es amable hasta el impudor, un “conquistador” que sobrevive al ego y sabe reír.

Miguel Machado. Adiós, 2019. Cortesía del artista.

De las muchas decadencias que la vida registra, la miseria espiritual es la peor de todas. Y no seré yo, que practico los horrores terrenales y estoy a la sombra de los arcos, quien venga a dar lecciones precisamente ahora. Si algo he aprendido es que la convalecencia moral y física es también un lugar legítimo donde poder esconder esas otras caras, esos otros secretos, esos otros disfraces. Entender la narrativa de la vida puede que sea relativamente fácil; aceptar su virulencia es lo difícil. Estimo que Miguel, con esa obscena juventud, sabe que la decencia es estrictamente proporcional a la belleza.

Hablando de juventud y de virtud, reconozco que me sorprende el modo cómo este artista que vive en la isla, recicla el acervo visual consumido, ya sea en directo o a través de libros ilustrados de historia del arte, con una maestría desconcertante. La musculatura pictórica de Miguel, que en la realidad parece anoréxico, es como la bulimia de los que mueren en los gimnasios a base de entrenamientos excesivos y de proteínas artificiales. Es cárnico, es delicioso, es una balsa en medio del océano.

Vivir bajo la encrucijada de doctrinas y de sofocos metastásicos, es algo más que terrible. Lo escribe quien en los años noventa vivió el presente continuo de los apagones (alumbrones, como irónicamente le decíamos) y de todas las carencias innombrables. Así, con más de veinte años de diferencia, vive este artista. Su espacio de realización es el mismo, con alguna que otra gravedad y muchos más delitos. Quizás por ello admiro tanto su trabajo. Lo hago porque es una declaración de principios. Lo hago porque le veo habitar en un país en el que todo es normativo y limitante. A pesar de ello sigue, pinta, aspira y respira, disfruta de sus amigos (que son muchos, aunque Atuán Mena y Yudel Francisco creo que están entre sus preferidos).

Las emociones que me suscita la pintura de Miguel son realmente genuinas. Espero y deseo que la vida me regale el tiempo para volver sobre la obra de quien será, sin discusión, una firma de la historia de arte cubano. Por lo pronto, disfruto y pienso en ese azul confesional.

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Black Mirror: Rush de Fernando Bayona

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El espacio Alalimón Galería expone la muestra “Black Mirror: Rush” del artista Fernando Bayona. En “Black Mirror: Rush”, las relaciones afectivas, la identidad del sujeto, y la presencia de cuerpos que siguen las normativas sociales vuelven a estar presentes dentro del universo de la comunidad gay.

Fernando Bayona. El dorado.

Alex Martín Rod explica en el texto curatorial de la exposición: “Bayona, consciente de sus tendencias estéticas anteriores, así como de su performance corporal hegemónica, pone en evidencia a través de su último proyecto el modo en el que ha puesto en crisis su modo de vida. No es esta exposición un manifiesto a favor de la emasculación o una guía de cómo desmasculinizarse. No aporta soluciones, ni quizá tampoco hace extensivos mapeos de cómo la masculinidad y lo gay se relacionan. Más bien busca evidenciar los síntomas del problema que atraviesan ambas nociones. El conjunto de imágenes, esculturas e instalaciones que conforman la exposición puede entenderse como mesetas deleuzianas en las que Fernando explora cuáles son las lógicas que circulan en los espacios de la camaradería gay.”

La línea creativa del artista se define por la producción de fotografías en las que la narratividad y la conexión entre las distintas escenas de sus obras es determinante para la comprensión de las historias en cada serie. Y en ellas, la construcción de la puesta en escena – característica de la práctica de Bayona – tiene un rol central. Es por eso que cada detalle es merecedor de la atención del espectador; vestuario, maquillaje, peluquería y decorados contribuyen al entendimiento de las imágenes. También definen la psicología, sentimientos y actitudes de los personajes la elección de los espacios y el minucioso estudio de la iluminación aplicado, el cual tiene un fuerte protagonismo en la estética del artista, cercana a la realidad ficcionada del cine.

Fechas: Del 4 de noviembre al 22 de diciembre de 2021
Lugar: ALALIMÓN GALERÍA, Barcelona

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El arte y la vida de Carmen Alborch llegan al Centro del Carmen

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Universitaria, política, escritora y, sobre todo, feminista. El perfil profesional y personal de Carmen Alborch (1947-2018) fue siempre esquivo a la clasificación. “Ser transgresora ha sido en mí una constante vital. Desde pequeña era así. Ha sido algo natural”, escribió en La ciudad y la vida (2009).

Carmen Alborch

De esa obra procede el título de esta exposición, CARMEN ALBORCH. L’ART I LA VIDA, que comienza en 1965 con el inicio de sus estudios de Derecho en la Universidad de Valencia de la que fue profesora de Derecho Mercantil y Decana. Allí regresó en 2016, al concluir su vida política. Un anhelado bucle. El regreso fue breve a causa de la enfermedad que la afectó en 2017. No obstante, atendió sus obligaciones académicas.

Carmen Alborch

Entre ambos momentos se despliega una biografía que hemos ordenado con sentido cronológico, ilustrada con fotografías, documentos, libros, objetos y una selección de su colección de arte. No fue una coleccionista al uso, pero reunió un interesante conjunto de obras que proceden de los años en que formó parte de la Galería Temple, entre 1983 y 1987, y sobre todo de su amistad con artistas como Andreu Alfaro, Carmen Calvo, Miguel Ángel Campano y Manuel Sáez.

La exposición se complementa con ‘Pantalles de Carmen’, un audiovisual que reúne fragmentos de entrevistas y declaraciones realizadas entre 1978 y 2018, seleccionados por su hermano Rafa Alborch.

Artista: Carmen Alborch
Comisarios: Salvador Albiñana y José Vicente Plaza
Fechas: Hasta el 9 de enero 2022
Lugar: Centro del Carmen, Valencia

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Iñaki Ruiz de Eguino en la galería Blanca Soto

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Acariciar el espacio es la nueva propuesta del artista Iñaki Ruiz de Eguino para la galería Blanca Soto y reúne uno de los periodos más interesantes de este escultor y pintor vasco.

Danza del tiempo, 1985-2003

Es en los años 80 cuando emerge el discurso singular de este artista, cuya relación desde joven con los escultores Jorge Oteiza, Eduardo Chillida, Basterretxea (con el que compartió taller a mediados de los años ‘80) y después con el francés François Morellet, favorecieron indiscutiblemente todo lo concerniente a la investigación plástica del espacio. Una investigación abordada desde la búsqueda original, personal – tras las relaciones surgidas con estos artistas – de planteamientos a un tiempo similares con desiguales métodos.

En Acariciar el espacio podemos ver una serie de pinturas que dedica al “espacio sideral” que prosperó tras su anterior indagación, donde espacio y esoterismo lo llevaron a realizar otra serie titulada: “Realismo cosmogónico mágico”. La pulcra y meticulosa forma de trabajo, que se aprecia en estas pinturas, tiene su concordancia y correlación en las obras escultóricas y viceversa.

Las formulaciones espacio-geométricas, hicieron que de las combinatorias múltiples de volúmenes y cromatismos, surgieran “las Construcciones relacionales”, diversas variantes propuestas por el movimiento. Su relación natural hace que surjan diferentes construcciones combinables y, o, relacionales.

Invenciones herméticas (96E), 2003

Iñaki Ruiz de Eguino se va a interesar también por la arquitectura vasca rural, donde los volúmenes de piedras y los juegos de vigas y maderas en fachadas, acaban por atraer su atención, llevándolo a la escultura y al lienzo. En la búsqueda de cómo integrar la escultura en espacios públicos, trabaja la “unicidad espacial”, haciendo que suescultura sea transitable, habitable. La escultura deja en parte de ser llamada y entendida al modo tradicional para, como comenta el escultor, pasar a ser una pieza más del mobiliario urbano, al ser utilizada por los peatones que transitan a través de ella.

En sus esculturas de formato menor, podemos observar esa unicidad espacial de igual modo, ya que sea cual fuere el ángulo por el que visualicemos la pieza, siempre está abierta e integrada en el espacio. Ejemplo de ello son la Construcción abierta”, “Las Invenciones herméticas”, la “Habitación mística” o la “Danza del tiempo”.

Artista: Iñaki Ruiz de Eguino

Fechas: del 6 de noviembre al 15 de diciembre de 2021

Lugar: galería Blanca Soto, Madrid

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Alfonso. Cuidado con la memoria en la Sala Canal de Isabel II

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La Sala Canal de Isabel II presenta la exposición “Cuidado con la memoria”, dedicada a la firma fotográfica Alfonso, autora de la memoria visual del dinámico, convulso y trágico siglo XX español. La muestra reúne un conjunto de 144 fotografías más un conjunto de material inédito documental y copias de la época procedentes de dos colecciones privadas y del Archivo General de la Administración, titular del fondo fotográfico de Alfonso.

Vendedora de pavos. Madrid, diciembre de 1922. © Alfonso. VEGAP, Madrid, 2021

La firma Alfonso nace como Agencia de Información Gráfica de Prensa en 1915, un empeño del patriarca, Alfonso Sánchez García, quien supo aprovechar el talento de su hijo mayor, Alfonso Sánchez Portela que, con el resto de la familia y otros colaboradores, dominaron, impulsaron y renovaron la fotografía de prensa en la primera mitad del siglo XX en España.

A Alfonso padre se le debe la ingeniería de la empresa, en un momento de gran avidez por las imágenes, desencadenado por el gran protagonismo de las revistas gráficas de prensa. La excelencia técnica de Alfonso padre fue heredada por su hijo, a la que añadió una audacia nueva en los contenidos periodísticos y una excelencia compositiva que identificó siempre a la firma. Ante el estallido de la Guerra Civil, se alineó profesionalmente con la causa republicana. Como testigo de su tiempo cubrió el conflicto, centrando su trabajo en las consecuencias de la guerra en Madrid.

Tras la victoria de Franco, los Alfonso fueron condenados al ostracismo profesional por su significación y colaboración con la prensa republicana. Obligados por esta circunstancia, Alfonso se centró en el retrato de estudio, fotografiando a todos los protagonistas de la vida cultural, social y política del siglo XX, incluyendo también a los mismos artífices de esa condena, atraídos por la fama y el buen hacer de la firma.

En este sentido, el 30 de julio de 1942, el diario El Alcázar les señaló en una columna sin firma titulada “Cuidado con la memoria”. En ella se aludía al silencio y discreción con el que debía trabajar la firma, privada ahora de los permisos para ejercer el fotoperiodismo. A este artículo, y a la memoria como constructora del pasado hace referencia el título de esta exposición, un recorrido antológico por una selección de más de 100 imágenes de diferentes épocas de la firma Alfonso, comisariado por Chema Conesa y La Fábrica.

El recorrido se divide en cuatro capítulos: uno introductorio sobre los estudios Alfonso; el segundo que, bajo el epígrafe “El imperio de la imagen”, reúne una selección de fotografías del primer tercio de siglo XX que coincide con el auge de la prensa gráfica; un tercero con el título “Los años convulsos”, que continúa el recorrido con los preámbulos, el desarrollo de la Guerra Civil y el fin de la contienda, y un último dedicado al retrato como práctica que el estudio trabajo en paralelo a su actividad documental.

Fechas: Del 5 de noviembre de 2021 al 23 de enero de 2022
Lugar: Sala Canal de Isabel II, Madrid

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El Máster Internacional en Creación multimedia para el espectáculo fusiona arte y tecnología en la escena contemporánea

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LABA Valencia y Fundación Épica La Fura dels Baus han trabajado estos últimos años en la elaboración del Máster Internacional en Creación Multimedia para el Espectáculo. Las matrículas están abiertas para un máster en el que se fusionan los conocimientos adquiridos a lo largo de décadas por uno de los grupos de teatro punteros en el panorama mundial, junto con la metodología y trayectoria de la universidad italiana LABA, cuya primera sede internacional, en España, se centra en la exploración de los nuevos medios en el diseño, la imagen y los escenarios. 

https://www.youtube.com/watch?v=MlwFeM9ydw0
C) Manuel Conde y Francesc Ribes / RADIANTE

PAC – ¿A quién está dirigido el máster?

Equipo LABA Valencia – A todas aquellas personas interesadas en la creación, la experimentación y las tecnologías en torno a la producción de un espectáculo. Artistas y creadores que quieren complementar sus conocimientos adquiriendo una visión holística de los diferentes aspectos que convergen en un escenario, creadores multimedia, performers, músicos, iluminadores, técnicos y diseñadores con interés por la creación escénica, el video mapping, las tecnologías aplicadas a las artes escénicas en sus diferentes vertientes: teatro, danza, performance, música…

El Máster Internacional en Creación multimedia para el espectáculo fusiona arte y tecnología en la escena contemporánea

PAC – ¿Qué objetivos tenéis con el lanzamiento del máster? 

Equipo LABA Valencia – El máster empieza en enero 2022 y finaliza en diciembre. Tiene un total de 1200 horas, de las cuales casi 800 serán lectivas y de práctica y las otras 400 de trabajo personal y en grupo. Está dividida en dos grandes fases.

La primera fase, a la que llamamos de Fundamentos, tendrá una duración de cinco meses, de enero a mayo, durante los cuales los participantes, de la mano de grandes profesionales, trabajarán en cinco módulos troncales: Contexto y producción, Diseño de Sonido, Diseño de Iluminación, Video-escena, Diseño de Interactividad y de Interacción.  Después, durante un mes, se realizarán encuentros con personalidades relevantes en diferentes ámbitos de la investigación científica, artística, social, etc., con el objetivo de abrir las mentes e inspirarse.

La segunda gran fase es la de construcción y producción de un espectáculo; se desarrollará entre junio y diciembre. Los participantes realizarán una inmersión completa en el desarrollo de una obra bajo la dirección de Pep Gatell, director artístico de La Fura dels Baus, Cristina Casanova, directora del máster y, con la ayuda de todo el profesorado, generarán un espectáculo que se representará en vivo en Valencia y en Florencia, Italia.

PAC – Siendo las tecnologías tan importantes en el máster, ¿qué software se va a aprender a lo largo del mismo?

Equipo LABA Valencia – En cada uno de los módulos se estudiará un software, con el objetivo de que los alumnos puedan profesionalizarse al mismo tiempo que exploran su creatividad. 

En el Módulo 2 nos sumergimos en la videoescena y el videomapping, bajo la tutela de Manuel Conde y Francesc Ribes / RADIANTE y Siddharth Gautam. Se trabajará con los softwares Madmapper y After Effects.

En el Módulo 3, Diseño de sonido y composición live, de la mano de los profesores y compositores Pierluigi Barberis y Pelayo Arrizabalaga trabajaremos la escucha, edición y la composición live con el software Ableton Live.

En el Módulo 4, Manuel Conde y Francesc Ribes / RADIANTE serán los responsables de la inmersión en el Diseño de iluminación, concebida ésta como elemento protagonista de la obra. Se trabajará con el software Madmapper y el lenguaje de programación Touchdesigner.

En el Módulo 5 trabajaremos con Pablo Álvarez y Javier Mujica, co-directores de Vitamin, el Diseño de interactividad en la escena y aprenderemos el lenguaje Touchdesigner. Y de la mano de Nadala Fernández, Directora de Producción de La Fura dels Baus y Pedro Lorente Director de Tecnología en Fundación Épica La Fura dels Baus, trabajaremos con el software Kalliope para la interacción con el público. 

PAC – Si alguien está interesado en el máster, ¿cómo puede contactar con vosotros?

Equipo LABA Valencia – Pueden solicitar más información del Máster Internacional en Creación Multimedia para el Espectáculo pinchando aquí.

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Madrid Me Mata de María Lamuy

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Madrid me mata” es un proyecto activista que plantea cómo la ciudad de Madrid es escenario de delitos de odio casi a diario. Si bien en las últimas semanas hemos visto un incremento en la visibilidad de estos delitos, lo cierto es que la mayor parte de estas agresiones permanecen en el desconocimiento general.

A partir de la resignificación de las calles de la ciudad y las icónicas cerámicas que las nombran, María Lamuy plantea hacer visibles estos delitos. Aporofobia, racismo, discafobia, homofobia o transfobia son sólo algunas de las agresiones que han sufrido las personas protagonistas de estas nuevas calles, nombradas para que ni ellas ni su agresión queden en el olvido. 

El proyecto se visibiliza en una serie de postales con ilustraciones de estos delitos, en alusión a las postales que enviamos cuando nos vamos de vacaciones; además, se incluye documentación gráfica del origen de la rotulación y la cerámica. Finalmente, se incluyen una serie de entrevistas a asociaciones que tratan estos delitos de odio y a víctimas de estas agresiones. 

Desde la popular frase de “Madrid me mata” a la verdadera cara de quienes no pueden pasear libremente por las calles porque su identidad es diana para la violencia.

PROPUESTAS 2020

La pieza instalativa está incluida dentro de la exposición Propuestas VEGAP 2020, que puede visitarse en CentroCentro hasta principios de enero de 2022.

Fechas: 28 de octubre al 9 de enero de 2022
Lugar: CentroCentro, Madrid

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