PAC | Roghieh Asgari Torvund. INFRACCIÓN

Roghieh Asgari Torvund es una artista multidisciplinar que se mueve -con libertad y audacia- por los lenguajes de la pintura, el dibujo, el vídeo, la performance y la escultura. Su obra nace como una suerte de reacción y de respuesta. En su caso, no hablamos de una artista programática y de manifiestos; es, a diferencia de ello, una artista de la espontaneidad y de la improvisación. Tanto es así que ella misma se ocupa de subrayar de manera insistente que primero es la acción artística y luego la digresión teórica. Esto quiere decir que su narrativa estética no se organiza para satisfacer la emergencia de ciertos discursos existentes, sino para dar respuesta a una razón existencial ligada a la necesidad de expresión. Le interesa el diálogo con la naturaleza, lo orgánico y lo político, pero sin que la obra se vea atrapada en el contexto de ningún tipo de activismo. Roghieh aboga por un arte libre de categorías y de enunciados castradores. A ella no le van las etiquetas, menos las artísticas. Su obra pictórica presta mucha atención a los detalles y la hechura. Se preocupa por la excelencia de la manufactura. De hecho, proviene de una tradición familiar ligada a la manualidad y la artesanía.

Se instaló en Noruega desde 1986, país en el que trabaja y reside pasando temporadas en el sur de España, concretamente en Málaga, donde conserva un gran taller-estudio. Cursó sus estudios de arte en The National Academy of Fine Art en Oslo. Anteriormente estudió fotoperiodismo y se desempeño como reportera, lo que ha influido mucho en su producción de videográfica y en la manera de entender y aproximarse a la realidad social, cultural, política y antropológica. Recientemente fue una de las artistas invitadas a la exposición inaugural del Museo Nacional de Oslo entre una importante nómina de artistas internacionales. En paralelo trabajó en la Dirección de Educación como consultor de información y en la Agencia de Inmigración en el Municipio de Oslo.

Después de veinte años regresó a su país de origen. Ese viaje de vuelta tuvo un profundo impacto en su creación artística y en la reformulación de sus propios paradigmas. Todo había cambiado entonces por lo que decidió “esconderse” detrás de una cámara para poder hurgar e investigar en esa nueva realidad. Esta experiencia le condujo a pensar en las diferencias y las cercanías de sus dos mundos: en su pasado y en su presente, comprendiendo que no existen, al final, grandes muros ni fronteras: el dolor, la fe, el anhelo y el cuerpo están conectados más allá de las diferencias. Roghieh aboga por un arte libre de categorías y de enunciados restrictivos. A ella no le van las etiquetas, menos las artísticas. Su obra pictórica presta mucha atención a los detalles y la hechura. Se preocupa por la excelencia de la manufactura. De hecho, proviene de una tradición familiar ligada a la manualidad y la artesanía. La artista afirma: “A través de mi obra, intento trasmitir experiencias de mundos diferentes. Provengo de una larga familia de orfebres tradicionales. Mis obras reflejan estos antecedentes y mi experiencia como reportera gráfica y periodista, con una minuciosa atención al detalle y un genuino interés por las interacciones humanas”. Su obra se ha expuesto en galerías, museos, centros de arte y festivales en New York, Inglaterra, La Habana, Viena y otros muchos países de Europa.