“Sacrifice”, el nuevo proyecto de Cristina Toledo me ha recordado a una de las frases que escuchaba en mi infancia cuando protestaba por algún estilismo, unos zapatos incomodos o un vestido que no me daba toda la libertad de movimientos que quería, “Para estar guapa hay que sufrir”. La sociedad imponía sus reglas y aunque no se estuviera de acuerdo, esta frase era la manera de convencernos de que estos sacrificos eran necesarios para alcanzar el ideal de belleza establecido.
En la exposición de Cristina Toledo, que puede visitarse en la galería Javier Silva, encontramos una serie de pinturas y acuarelas que representan todo un repertorio de aparatos que se utilizaban para modificar el cuerpo, el caso era (y es) oprimir a la mujer, ya fuera con mascaras que estiraban la piel contra las arrugas, artefactos que enderezaban la nariz, corsés asfixiantes que tenían como misión marcar una cintura de avispa…
Artilugios que las mujeres utilizaban para lograr el canon de belleza que se imponía, ese que la sociedad se encarga de evidenciar una y otra vez con el fin de someternos. Como explica Natalia Alonso Arduengo: «La vinculación entre la imagen física y la autoestima tiene su consecuencia más directa en el sacrificio, en la necesidad de amoldarse a base de autorregulación a los ideales estéticos establecidos por la sociedad.
El canon de belleza ha sido estereotipado, reducido al mero atractivo sexual y convertido en un bien más ofertado por el mercado de consumo. Byung-Chul Han en su ensayo La salvación de lo bello insiste en que “la industria de la belleza explota el cuerpo sexualizándolo y haciéndolo consumible”. La belleza entra en crisis si se somete a la lógica del capital pues pasa a ser un simple producto. Y, ya se sabe que, en nuestra cultura del usar y tirar, cuando por la rapidez de las modas algo deja de servir o simplemente se vuelve viejo, se tira y se compra otro nuevo. Lo mismo ocurre con la belleza y el cuerpo femenino, inmerso en un perpetuo ciclo de juicios tanto ajenos como autoemitidos por seguir la línea del canon impuesto.
El trabajo de Cristina Toledo transforma esta imágenes, que la artista ha ido recopilando de los medios de comunicación y de fotografías de época, como un mecanismo para resignificarlas y reflexionar acerca de conceptos como la feminidad, el fetichismo o el sufrimiento voluntario que conlleva alcanzar el ansiado ideal.
Fechas: Hasta el 29 de mayo de 2017
Lugar: Galería Javier Silva, Valladolid
