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Escrito por: Artist Interviews Entrevistas

Entrevista a Yosman Botero

Yosman Botero (Cúcuta – Colombia, 1983) es un artista multidisciplinar que actualmente vive en Madrid. Su obra está muy enraizada en los conflictos de su país natal, pero a la vez plantea problemáticas comunes del continente latinoamericano, cuestionando la responsabilidad de las políticas locales así como el papel que han tenido factores externos y más globales en el desarrollo y perpetuación de dichas problemáticas.

Yosman Botero. Fotografía cortesía del artista.

Dentro de su actividad, la experimentación formal le ha permitido plantear piezas relacionadas con el tiempo a través de mecanismos bellos y sutiles o aludir a la memoria a través de escenas a veces atemporales, a veces distópicas que nos sumergen en el eterno retorno. Botero se mueve libremente entre distintas técnicas mostrando una gran vitalidad creativa de la que sale airoso pasando por las tres dimensiones, la pintura, o la instalación. 

Ha expuesto en distintos países y ha trabajado con numerosas galerías y no es de extrañar porque al oírle hablar percibo una energía que necesita estar en combustión, lo que me anima a mantenerme conectada con su trabajo y a seguir sus pasos futuros.

D.V. – Yosman, ¿Qué te aportaron los estudios de Artes Visuales?

Yosman Botero – Estudiar artes me ha abierto muchas posibilidades, me ha enseñado a diseñar mis propias estrategias de trabajo y de aprendizaje y también me ha enseñado la capacidad de resiliencia ante un oficio que depende en gran medida de la incertidumbre.

Modulo. Render para propuesta realizado por Sergio Chaustre, 2019

D.V. – ¿Quién ha sido angular en tu evolución?

Yosman Botero – Los profesores han sido de gran ayuda en la medida en que me han aportado información y referentes, obviamente referentes he tenido muchos, pero siempre hay unos que están siempre presentes, como Doris Salcedo, quien ha sido una piedra angular desde mis intereses de investigación, sobre todo en relación a las problemáticas de los conflictos armados. 

Tadashi Kawamata es uno que me intriga mucho desde la percepción del espacio, Arthur Ganson, por la compleja poética de sus mecanismos, Do Ho Suh por ese juego de percepción con la memoria. Todos tienen cosas en común y es que se apropian del espacio para configurar diálogos que, de algún modo a pesar de la complejidad de sus conceptos, nos permiten acceder de una manera simple a través de la sensibilidad que proyectan.

Neoliberalismus macht frei, 2019

D.V. – ¿Cómo es tu forma de trabajar?

Yosman Botero – Casi toda la vida he tenido el taller en casa, salvo algunas excepciones como residencias artísticas o cuando estaba en la universidad. Eso implica que paso casi todo el tiempo trabajando, me cuesta mucho desconectarme de lo que estoy haciendo, incluso cuando salgo de casa, mi cabeza esta metida gran parte del tiempo en lo que esté produciendo.

Ahora que estoy haciendo el doctorado ha sido mucho más exigente ya que debo dividir el tiempo entre investigación y producción, y en vista de que desde que terminé la universidad el arte me ha permitido una independencia económica, siempre estoy tratando de equilibrar esa balanza.

Me gusta mucho mirar documentales de historia, política y economía, y leer sobre estética y filosofía.

Se me dan bien las manualidades, me gusta más esa faceta de artesano que me permite experimentar con materiales y objetos, es como un juego de los cuales aprendo usos y aplicaciones.

Naturalezas móviles 1. Ensamble-Acción efímera, 2010

D.V. – Tus proyectos están generalmente enfocados hacia las tres dimensiones, escultura e instalación. ¿Es como te sientes más cómodo produciendo?

Yosman Botero – Me siento cómodo haciendo cosas diferentes, pero en realidad todo depende de muchos factores, espacio, presupuesto, tiempo. Algunas ideas terminan por proyectarse hacia un formato tridimensional en la medida en que las condiciones lo permiten. 

En este momento tengo varios proyectos en desarrollo en los cual llevo bastante tiempo trabajando; Módulo es uno de ellos. Una de sus obras consiste en una forma esférica construida a partir de pupitres escolares suspendidos en el aire. He utilizado los pupitres en muchas ocasiones por que tienen una carga simbólica muy fuerte y dentro del contexto latinoamericano de donde vengo, ha habido fuertes crisis que detonan desde allí, desde la academia, ante esa idea ilusoria de prosperidad que plantea el estado, que cada vez precariza mas las condiciones de los estudiantes por la mercantilización de la educación. 

Otro proyecto es Neoliberalismus Macht frei, donde partiendo de uno de los slogans de los campos de concentración alemanes, creo una replica de la puerta del campo de Dachau, haciendo una referencia a la idea de limbo, y la construcción del ideal de puertas abiertas que plantea el neoliberalismo enfocado en el mercantilismo, partiendo también de ese modelo de puerta giratoria, ese contubernio que domina la banca y la política actual en muchos estados.

Normalmente me cuesta mantenerme enfocado en un solo proyecto por que a veces se llegan a caminos sin salida y se necesita darle tiempo para encontrar respuestas, lo mejor es tener otros procesos a la par que permitan reposar esas ideas.

Naturalezas Móviles 2, Dibujo con hilo y reloj, 2010

D.V. – Hay en tu obra un interés por materiales y dispositivos que te permiten expandir el objeto.

Yosman Botero – Crear para mí es un hábito, siempre estoy pensando en imágenes, objetos, tiempo, situaciones y de un momento a otro alguna idea detona, lo curioso es que la mayoría de las veces visualizo la obra antes de hacer una investigación, creo que en parte, porque en mi cabeza se van conectando ideas de muchas cosas que he leído o visto en documentales. Lo interesante de esto es que luego tengo que hacer una especie de proceso de ingeniería inversa, desmontando las partes, los conceptos y las ideas alrededor de la obra para saber de dónde provienen todos estos elementos que permitieron configurarla. Es un proceso que lleva tiempo. De igual manera estoy constantemente haciendo cosas diferentes, unos días me dedico a dibujar, otros a pintar, otros a leer o simplemente salir a caminar y mirar, uno nunca sabe donde va a encontrar lo que esta buscando y siempre está la posibilidad de que encuentre algo completamente inconexo que sirva para algún otro proyecto.

Sin Titulo de la Serie Naturalezas Móviles. Instalacion con pupitre y luz, 2007

D.V. – En esa búsqueda, te conviertes en un artista multidisciplinar, difícil de encasillar.

Yosman Botero – Siempre me ha gustado la idea de que la obra no refiera a un artista si no a una idea, tengo una pelea constante conmigo mismo hacia esa idea de identidad porque después de un tiempo sabes de dónde eres, pero no te sientes de ninguna parte. Nací en Cúcuta, que al ser frontera con Venezuela siempre ha entablado esa conexión multicultural y dentro de mi proceso de formación me he mudado a varias ciudades, Medellín, Bogotá, Barcelona, y ahora Madrid. 

Todos estos cambios me han dado perspectivas diferentes, y así cada lugar plantea retos diferentes, al final te das cuenta que las problemáticas terminan siendo muy similares. 

Obviamente al ver a Colombia desde afuera, el ángulo de visión te permite aclarar cosas que no podías ver desde dentro. De algún modo todos estos cambios me han enriquecido como artista y como persona y han diversificado aún más mi obra.

Postcolombino 28, hoja de oro en plexiglás, 2018

D.V. – Has trabajado mucho el territorio, como un espacio de vincularidad y a la vez de confrontación.

Yosman Botero – Latinoamérica ha sido un lugar que plantea muchos conflictos que se derivan de la época de la colonización y que simplemente han mutado para adaptarse a las circunstancias políticas, generando muchos cuestionamientos acerca del territorio.

La minería es uno de esos grandes factores de confrontación, ya que los procesos de regularización (desregularizando) siempre terminan en detrimento de comunidades ancestrales, alterando el balance en regiones que han dependido de esta actividad por siglos de manera artesanal. 

Aunque es sensato pensar que regular un proceso extractivista puede permitir implementar mecanismos de control, finalmente la experiencia de procesos anteriores ha demostrado que toda actividad minera contribuye a la destrucción de ecosistemas, incluso bajo el eufemismo de “minería responsable”.  En el proyecto “This Land is (a) Mine” planteo esa dualidad ya que la palabra mine en inglés posee una doble significación, (mío/ mina) creando ese paralelo del punto de vista tanto del nativo que ve el territorio como hogar frente a la visión del colono que lo ve como un recurso a explotar.

D.V. – Has tratado el paso del tiempo, como un factor que relativiza la realidad.

Yosman Botero – El tiempo plantea diversas problemáticas, el asunto es que dependiendo de las circunstancias el tiempo puede adquirir un carácter relativo, situaciones como la violencia suelen trasformar esa realidad, sobre todo cuando se toma como referencia la situación de los desaparecidos en los conflictos armados, se trastoca la realidad, se rompe ya que el tiempo se divide, entre el tiempo de las victimas y el tiempo de las instituciones del estado. Suelen pasar años antes que se tengan noticias sobre la verdad. 

En zonas de conflicto, la construcción de la verdad implica repasar acontecimientos, marcar cronologías, muchas veces la verdad solo surge con el tiempo.

Postcolombino 18, Hoja de oro en plexiglás, 2016

D.V. – Las obras que realizas a partir de orfebrería precolombina para mí reflexionan no sólo sobre la identidad (esa que hace parte casi de una memoria uterina), pero a la vez de la riqueza en recursos de los países latinoamericanos.

Yosman Botero – Hay una gran riqueza cultural ancestral en América que está desapareciendo. En el caso de Colombia se trata de preservar en los museos parte de esa historia, pero no hay un interés claro del estado en defender lo que queda aún de estas comunidades, y eso se puede evidenciar frente a la cantidad de crímenes cometidos durante los años posteriores al acuerdo de paz. 

El giro en la política del estado hacia un gobierno de extrema derecha que rechaza los acuerdos de paz ha recrudecido la guerra ante la incertidumbre que plantea en principio el querer desconocer estos acuerdos, lo que se ha convertido en un caldo de cultivo para nuevos grupos armados  que se disputan territorios que fueron abandonados por la guerrilla de las FARC, y al que el gobierno no ha acudido con propuestas productivas e infraestructura, haciendo presencia únicamente en el ámbito militar, lo que ha generado desconfianza por el incremento de crímenes en esas mismas zonas (muchas veces en complicidad entre grupos paramilitares y el estado).

Todo esto ha sido parte del contexto de la serie Postcolombino, donde planteo una construcción donde se mimetizan una cantidad de elementos propios del pasado, el presente y el futuro, retomando la tradición del dorado como punto de partida y todos esos conflictos que se han derivado por los recursos del territorio. En cierto modo, lo que el proceso de paz ha significado es que debemos reconocer ese conflicto como parte de nuestra historia, y nuestra identidad, como la única forma de aprender, perdonar y reconciliar.

Este año he retomado esta serie que comencé en el año 2016, analizando nuevos elementos valorativos del territorio y de la identidad cultural.

Con base en los desarrollos tecnológicos de la nueva revolución industrial (inteligencia artificial) es evidente que nos enfrentamos a nuevas disputas por recursos como el oro, el coltán, el grafeno, y el litio. Todos estos recursos son vitales en el desarrollo de nuevas tecnologías. Es aquí donde las potencias económicas plantean propuestas para ayudar a los países del mal denominado “tercer mundo”, ayudas económicas supeditadas a la entrega de las reservas de materias primas como ha ocurrido siempre. Es esa doble moral lo que ha impedido a algunas regiones progresar, imponiendo conflictos políticos y militares con el fin de desestabilizar la región y procurar mas fácilmente esos recursos. 

A Better world, 2019

D.V. – Puedes hablarnos del proyecto que estás realizando desde el año pasado.

Yosman Botero – Dentro de todos estos ámbitos de investigación, siempre ha habido un tema en común que son las relaciones de poder, en cierto modo las dinámicas extractivitas siempre están avocadas a la suficiencia energética con el fin de evitar la dependencia de los recursos de otras naciones. 

En esta serie llamada A Better World estoy revisando archivos documentales de los proyectos de investigación científica realizados en Estados Unidos a partir de los años 50’s en los cuales se planteaba la posibilidad de un ataque nuclear dentro del contexto de la guerra fría. La paranoia de la época ante el miedo de la destrucción, funcionó también como medio de propaganda y de mecanismo de control, tratando de brindar cierta seguridad ante las consecuencias de un posible ataque.

En esta serie me enfoco en el carácter del paisaje y de los personajes, (personal científico, militar y maniquíes) a partir de escenarios construidos en medio del desierto de Arizona en campos de prueba nuclear, creando un ambiente completamente distópico.

El pasado se muestra como un elemento maleable y la historia un palimpsesto que en una primera instancia revela un relato que no se ajusta necesariamente a la verdad: bajo una imagen inicial hay otras que cuentan cosas distintas. Asimismo, sobre esas imágenes es posible superponer otras, resignificando lo que celosamente durante años han guardado las potencias mundiales, presentando al espectador la ilusión de un mundo mejor gracias a su trabajo.

A better world 30, 2020

D.V. – Has expuesto en distintos países, ¿Cómo ha sido la experiencia?

Yosman Botero – Bueno, ha sido un proceso largo de arduo trabajo, y las oportunidades han ido apareciendo en el camino, nunca se sabe donde estarán viendo tu trabajo y muchas veces ni te enteras. Hace unos años, en 2013, me entrevistaron de un magazine de arte en San Petersburgo. Seis meses después me contactaron de una Galería en Moscú para una muestra individual, en aquel momento no me creía que alguien viera mi trabajo al otro lado del mundo. 

Con las redes sociales hoy en día la dinámica se ha vuelto simple y compleja a la vez, ya que todos tenemos la oportunidad de mostrarnos ante un público más diverso, pero por otro lado la sobreexposición y el exceso de producción de contenido satura y consume un montón de tiempo que puede terminar por distraernos de nuestros objetivos importantes.

D.V. – ¿Cómo ha sido tu incursión en el plano profesional del arte?

Yosman Botero – En el año 2007 cuando estaba en quinto semestre de la carrera obtuve el primer puesto en unos premios nacionales de Cultura, esto me abrió las puertas para darme a conocer como artista en el ámbito local colombiano. De ahí comencé a trabajar con varias  galerías principalmente en Colombia, también en Venezuela, Estados Unidos y Rusia. He ganado algunas distinciones y becas que me han ido impulsando. 

En 2015 comenzó ese interés por tomarme un tiempo para desprenderme de todo y comenzar a estudiar de nuevo,  así fue como decidí empezar el Master en Barcelona, lo que me ha traído a Madrid para continuar con el doctorado. Sigo teniendo buenas relaciones con varias galerías, aunque he tenido que aplazar muchos planes debido a mis estudios.

A better world 32, 2020

D.V. – ¿Cuál ha sido tu experiencia en España, primero en Barcelona y ahora en Madrid?

Yosman Botero – Desde 2006 tuve una obsesión con venir a España luego de que me negaran la visa para viajar a participar y exponer un proyecto que presenté con unos amigos. Quedamos finalistas en un concurso de emprendimiento del que fuimos descalificados por no haber podido asistir, eso nos desanimó un montón porque habíamos trabajado mucho, pero bueno, son circunstancias del destino.

En 2015 tuve la oportunidad, un amigo que estaba estudiando un Master en la Universidad de Barcelona me contó su experiencia así que decidí aplicar y fui aceptado.

Barcelona me ha parecido una ciudad fascinante, he aprendido muchas cosas en los cuatro años que viví allí, entre ellas que se debe ser muy humilde, ya que obviamente al llegar me costo asumir que estaba empezando casi desde cero, y que todo lo que había hecho estando en Colombia no había sido suficiente para tener algún grado de reconocimiento aquí. Eso fue difícil de asumir en un principio, pero en la medida que lo comprendí pude adaptarme mejor.

Ahora en Madrid vuelvo a tener esa fascinación, ya había estado en la ciudad algunas veces y me gusta tanto como Barcelona. A pesar de que me he mudado en enero de 2020, tuve la oportunidad de participar en Drawing Room en febrero. El poco tiempo que llevo aquí lo he aprovechado en casa trabajando, a la espera de que la situación sanitaria mejore para aprender más de esta bella ciudad.

Etiquetas: Última modificación: 6 septiembre, 2023