La artista Bel Fullana ha inaugurado recientemente dos nuevas exposiciones: en la Galería L21 de Palma, La luna es una lámpara que brilla, y en la Kubikgallery de Porto, O Sol é um Pássaro de Ouro. Si en sus trabajos anteriores prefería escenas irreverentes, estas últimas series han adquirido una mirada más intimista. Conceptualmente trabaja sobre su propia experiencia vital, la identidad y la condición humana. Este es el pretexto de la siguiente entrevista, donde Bel Fullana habla de sus referencias creativas, de cómo percibe su mundo interior y la escena artística actual. Una artista joven que está mostrando una enorme personalidad creativa.
¿Cómo define Bel Fullana a Bel Fullana?
¡Como un bicho raro!
¿En qué momento quisiste dedicarte al arte? ¿Cuándo comenzó tu interés por la pintura?
Siempre me ha gustado pintar y que yo recuerde siempre he querido dedicarme a esto. Aunque puede que la idea empezara a coger fuerza en la adolescencia, cuando empecé a estudiar bachillerato artístico, y en la época de la universidad.
Tu trabajo tiene un importante contenido autobiográfico. Recurres a imágenes, símbolos o metáforas que forman parte de tu proceso de identidad y los subviertes desde la óptica adulta. En tus obras aparecen personajes infantiles en situaciones irreverentes, figuras femeninas con referencias sexuales, escenas escatológicas… ¿De dónde surgen estas imágenes?
Me gusta hablar de la condición humana y de los instintos básicos del hombre que nos acompañan desde que nacemos y que por una educación represiva vamos tapando. Esto hace que cada uno lleve su «yo primitivo», su «yo niño», en su interior y que en muchas ocasiones solamente salga a la luz en circunstancias algo turbias y de descontrol.
No es tanto un trabajo autobiográfico, sino que son escenas en las que me he podido ver envuelta de alguna manera, ya sea en primera persona o como espectadora. Las imágenes surgen de todas partes, del día a día, del observar a las personas, observarme a mí misma, de escuchar y recordar historias.
Escenas que tienen mucho humor, crítica y también revelan estados del subconsciente. ¿Qué quieres transmitir en tu trabajo?
¡Esta pregunta es muy difícil!
Cuando estoy pintando no pienso en lo que quiero transmitir, simplemente pinto y espero que salga bien y que pueda llegar al espectador, y después que sea este el que decida la historia de la pintura. Cada uno se ve reflejado a su manera. Me han llegado a contar historias sobre mis propios cuadros que nunca hubiese imaginado.
En La luna es una lámpara que brilla me ha sorprendido el giro conceptual respecto a otras series anteriores. ¿A qué se debe este cambio? ¿Dónde está lo perverso y lo inocente en esta serie?
Últimamente me estaba dando cuenta de que necesitaba hacer un giro en mi trabajo, estaba harta de hacer referencia a la figura femenina, a contextos sexuales… En un principio mi trabajo partía de la infancia y de cómo crecen y evolucionan las personas, esta serie habla de la formación de una identidad.
En Malditos cuentos lo que hacía era empezar a pintar sobre el lienzo y a medida que algo no me interesaba iba cubriendo con blanco como si estuviese borrando con la goma de borrar. Era una superposición de pintura hasta alcanzar un resultado. En este caso he hecho todo lo contrario. Al empezar a pintar no me permitía un gran margen de equivocación, si el resultado no era bueno de inmediato, empezaba de nuevo. Es un poco la manera en que trabajan los niños, ¡la manera que tanto envidio!
Muchas de las personas que han visitado la exposición me comentan que los trabajos anteriores eran más cañeros. Pienso que sí, la temática era más cañera, pero ahora mismo para mí el reto es resolver lienzos a partir de trazos simples y que queden bien. Eso es lo cañero y lo difícil. Para mí ha sido todo un ejercicio de contención y te aseguro que me he peleado bastante con estas piezas, hasta el punto de ponerle toda mi mala hostia.
Acabas de inaugurar O Sol é um Pássaro de Ouro en la galería Kubik Gallery de Porto con una serie de pinturas que continúan la temática y estética de La luna… Me gustaría que nos hablaras de esta nueva exposición.
Efectivamente, esta nueva exposición está en la línea de la anterior, aunque en ella me he dejado llevar más, ha sido todo más liviano, no he intentado presionarme a hacer algo que funcionara desde su inicio, sino que le he dado alguna oportunidad más a cada lienzo. No sé si el resultado es mejor o peor, pero creo que la estética es más dulce.
En esta exposición también he incluido algunos dibujos, hechos a rotulador y de pequeño formato.
La historia es la misma, el reencuentro conmigo misma, con los dibujos de cuando era una niña pequeña. El reconocerme a mí misma en mi etapa más pura y el intentar retornar a ello en un proceso de desaprender todo lo aprendido hasta el momento.
¿Hacia dónde están evolucionando tus últimos trabajos?
Creo que mi trabajo se está volviendo más íntimo. Ya no miro hacia el exterior, cada vez miro más hacia mi interior. Creo que el resultado es un trabajo más serio; un trabajo silencioso.
¿Cuáles son tus influencias estéticas y conceptuales? ¿Qué artistas o corrientes artísticas te influyen o inspiran?
No te lo vas a creer pero paso bastante de la historia del arte y del arte contemporáneo. Paso mucho del mundo del arte en general, muchas veces no lo entiendo y no le presto atención. Mis referencias estéticas y conceptuales son escasas. Pero bueno, por decirte algunos artistas a los que admiro, en primer lugar y sobre todo, a Basquiat. Bacon me encanta. Marlene Dumas, Julian Schnabel, Paul McCarthy, Bjarne Melgaard, Jonathan Meese… Me chiflan las fotografías de Roger Ballen y de Joel-Peter Witkin. Y bueno, últimamente estoy enamorada de la obra de Miró.
Para terminar, desde tu posición de artista joven, ¿cómo percibes la escena artística actual?
La verdad es que no tengo mucho que responder a lo que me preguntas… me siento tan al margen de todo esto, que ni siquiera sé que contestarte.
Te diré la verdad, voy a exposiciones y a museos y no hay muchos trabajos que me lleguen. En muchas ocasiones el arte me decepciona, me parece frío, distante… ¡No me lo creo! A lo mejor es que no lo entiendo y que tendría que hacer un esfuerzo mayor para comprenderlo. Pero si te soy sincera, me parece que sobra postureo. Falta emoción y sinceridad.
Llámame anticuada, pero yo todavía creo en el tipo de artista romántico, caótico, bohemio, místico, loco… que habla desde sus tripas. Y esto es lo que me falta.
Muchas gracias Bel y muchos éxitos.
Etiquetas: Bel Fullana, Entrevistas, Pintura Última modificación: 7 septiembre, 2023
[…] Bel Fullana (Son Carrió, Mallorca, 1985) expone en la galería Louis 21 de Palma, su última serie, La luna es una lámpara que brilla compuesta por seis lienzos de gran formato en los que ha trabajado con distintas técnicas, pintura plástica, óleo, acrílico, carbón, rotuladores, sprays y collage. Con esta nueva serie ha dado un giro en su trabajo, que en un principio tenía su origen en el momento de la infancia y que ahora reflexiona entorno a algo más íntimo: la formación de la identidad. […]
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