Romper el aire es la exposición con la que Alarcón Criado cierra una temporada anómala, aturdida por el COVID-19. Una muestra colectiva en la que participan artistas como Nazario, Colita, Ocaña, Julio Jara, Joy Charpentier, Miguel Benlloch, Rafael Agredano, Álvaro Romero, Niño de Elche & Los Volubles, Isabel do Diego, Rocío Molina, María Salgado o Fran MM Cabeza de Vaca, comisariada por Pedro G. Romero y producida por la pie.flamenca (plataforma independiente de estudios flamencos modernos y contemporáneos), refundada este mismo año por el comisario de la muestra (Pedro G. Romero), Chema Blanco y Joaquín Vázquez y que pretende establecer alianzas de diferente calado para promover su actividad.
Una de las piezas audiovisuales de Romper el aire muestra al cantaor Álvaro Romero haciéndose eco de ‘Manifiesto. Hablo por mi diferencia’, del artista chileno Pedro Lemebel: “¿El futuro será en blanco y negro? ¿No habrá un maricón en alguna esquina desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?”. Ya ha llegado el futuro, aquel futuro pretérito ha arrollado a un presente incierto que no es tan futuro como cabría esperar. Esta pieza sintetiza bastante bien lo que pretende ser ‘Romper el aire’: una muestra de las fronteras compartidas entre el mundo queer y el flamenco. Ambos “mundos” emergen de lo marginal, de lo lumpen, generando una serie de signos estéticos que se articulan de forma similar.
Cuando se habla de estética como un conjunto de elementos reconocibles de un contexto concreto, se corre el peligro de que dicha estética sea tergiversada, arrebatada de su contexto original y apropiada por otro contexto diferente. Puede que esto haya ocurrido tanto con la estética queer como con la estética del flamenco, estéticas que empiezan a generar un interés por parte de las clases burguesas (una articulación snob pero a la inversa). Un fenómeno más que frecuente a lo largo de la historia del siglo XX y que suele provocar una respuesta de resignificación respecto al contexto y el colectivo original. En Romper el aire se confronta la estética de estos dos mundos a través de la asociación de obras de los años 70, 80 y 90 y obras más recientes.
Una toma de conciencia respecto al proceso actual de resignificación dentro del flamenco y del mundo queer, donde dos mundos oprimidos por su naturaleza social, ejercen un acto de liberación en el que se produce una nueva opresión hacia dentro del colectivo. Una contradicción que se manifiesta inherente a cualquier colectivo, ya que en esa intencionalidad de mantener firmes los principios que los hagan perdurar, en ese acto de resistencia, se da un carácter conservador que acaba oprimiendo a algunos individuos del propio colectivo, ya sea del flamenco o del colectivo queer. Romper el aire pone de manifiesto dichas contradicciones, haciendo resonar un silencio de supervivencia, un silencio conocido pero acallado por las voces compañeras, un silencio escondido y avergonzado, pero que anhela huir de una oscuridad enturbiada para emerger bajo la luz platónica de la verdad.
Fechas: Hasta el 30 de julio de 2020
Lugar: Galería Alarcón Criado, Sevilla
[…] verano de Sevilla, se pueden volver más que interesantes. Además, en su última exposición, ‘Romper el aire’, Alarcón Criado facilitó las visualizaciones de las piezas audiovisuales subiéndolas a su […]